El Pleno ordinario del Ayuntamiento de San Fernando aprobó con el apoyo de todos los partidos salvo la abstención de Podemos el Plan Especial de Reforma Interior (PERI) SC-01 Fábrica de San Carlos, que permitirá poner en marcha los planes de urbanización de esta zona en la que antiguamente estaba establecida la citada empresa, en la zona noreste de la ciudad.
Se trata de un suelo con más de 132.000 metros cuadrados que lleva esperando su desarrollo desde que en el año 2001 se constituyera la sociedad mixta Sogescar, participada por la Empresa del Suelo Isleña (Esisa) y la inmobiliaria Acinipo y la constructora Sando.
El suelo se destinará a usos residencial, terciario y dotacional de la siguiente manera: 36.279 metros cuadrados residenciales para la construcción de 850 viviendas tanto protegidas como de renta libre, entre bajo más seis y ocho plantas.
Un uso terciario distribuido en 47.593 metros cuadrados, que contempla 3.941 metros cuadrados para uso hotelero con una edificabilidad de bajo más ocho plantas, y 7.732 metros cuadrados de superficie comercial en planta baja, con alrededor de mil metros cuadrados de bajos comerciales y 3.000 metros cuadrados para una zona con pequeño centro comercial, y usos dotacionales con más de 83.116 metros cuadrados, de los que 30.358 metros cuadrados son para espacios libres y 40.407 metros cuadrados corresponden a viarios y zonas de estacionamientos.
El Ayuntamiento ha comenzado ya en este periodo entre la aprobación inicial y la definitiva, a realizar el proyecto de parcelación que es el siguiente paso del histórico proceso. No obstante y aunque cuenta ya con todos los informes a favor después de numerosas vicisitudes que han obligado a realizar cambios a cada uno de los gobiernos que han pasado por el Ayuntamiento en estos 18 años, sigue siendo un proyecto polémico por su ubicación.
Los informes obligan a adecuar las comunicaciones en bici y eliminar barreras arquitectónicas, así como poner en marcha medidas para el tráfico al estar enclavado en un fondo de saco que tiene como límite la Bahía. Una situación que sin esas medidas correctoras lo pueden convertir en una auténtica ratonera en el caso de una calamidad.
