De nuevo la presentación de la comparsa de Kike Remolino, con el final recordando a Los condenaos de Juan Carlos Aragón logró meter a la gente en la actuación.
El primero de los pasodobles fue dedicado a su hermana, una unión inseparable y cargada de sentimientos para realizar una letra que levantó al público que abarrotaba el teatro. La segunda también lo logró. Cargaron contra la extrema derecha y la censura que impusieron en el Carnaval.
Cuplés para la peste a pies y para su hijo, que está en la pubertad. Gran tanda y genial pase.