Tras sólo diez meses después de su constitución, el Ejecutivo del primer ministro Emil Boc ha sido derribado por una moción apoyada por todos los partidos de la oposición, con lo que se ha convertido en el primer Ejecutivo rumano que cae de esta forma en los 20 años de democracia desde la del comunismo.
Los liberales del PNL, el partido de la minoría húngara (UDMR), y hasta sus antiguos socios socialdemócratas han acusado al Partido Democrático Liberal (PDL) de Boc de gestionar de forma deficiente la crisis económica y de carecer de legitimidad por no tener el apoyo mayoritario del Parlamento.
Por su parte, el todavía primer ministro ha asegurado que el ataque se ha debido a que su Gobierno “ha querido eliminar los privilegios de los parlamentarios”, en referencia a los recortes de pensiones y salarios públicos para limitar el gasto estatal y que afectarán especialmente a los legisladores. Boc ha asegurado que su Ejecutivo “ha perdido una batalla, pero no la guerra”.
Los problemas para el primer ministro y su partido comenzaron hace una semana, con el abandono de la coalición de gobierno por parte de sus socios socialdemócratas, como protesta por la destitución de su correligionario Dan Nica como ministro del Interior.
Tras ese cese, los socialdemócratas vieron los deseos del presidente Traian Basescu, cercano a Boc, de controlar ese ministerio y de manipular a placer los comicios presidenciales de noviembre.