Con el 33,07% del voto escrutado a nueve horas de la clausura de los colegios electorales en Israel, en lo que está siendo un lento recuento, sigue la tendencia de las encuestas a pie de urna: sin ganador claro ni mayoría de bloques parlamentarios.
El derechista Likud de Benjamín Netanayahu aventaja en poco más de un punto y medio a la coalición centrista-derechista de Azul y Blanco de Beni Ganzt, las dos listas más votadas, que superan el 28% y el 26%, respectivamente, de las papeletas y alejadas con diferencia del resto de formaciones.
Le siguen con alrededor de más del 8% los dos partidos ultraortodoxos, Shas y Judaísmo Unido por la Torá; y no muy lejos quedaría el ultraderechista laico, Israel Nuestro Hogar, de Avigdor Lieberman, a quien todos señalan como la próxima llave de Gobierno.
Este repitió anoche que para él la "única opción" será un Gobierno de Unidad nacional entre el Likud y Azul y Blanco, propuesta que respalda el ex jefe del Estado Mayor Ganzt.
Sin embargo, Netanyahu no hizo referencia a Gantz en su intervención de madrugada, pero dejó claro que "no puede haber un gobierno que dependa de los árabes", representados por la Lista Unida, a quien los sondeos a pie de urna le dan más de diez diputados, como tercera fuerza parlamentaria.
"Muy pronto, mi buen amigo el presidente (Donald) Trump presentará su plan (de paz), y este diseñará el futuro de Israel por muchas generaciones" y por eso "Israel necesita un gobierno estable y fuerte, un gobierno sionista y comprometido con Israel como el estado nacional del pueblo judío", señaló el primer ministro en funciones.
Estos datos, con un tercio del voto escrutado, dan un voto a la Lista Unida del 1,65%, pero esta cifra no es significativa y cambiará según avance el escrutinio, que se va contabilizando por regiones y probablemente aún no incluya las zonas donde residen las comunidades árabe israelíes. Las encuestas a pie de urna daban a esta coalición entre 12 y 15 diputados.
La alianza de partidos de ultraderecha, Yamina, seguiría a la lista de Lieberman, y como formaciones menos votadas quedarían las de centro izquierda: el Laborismo-Gesher y la Unión Democrática.
Más de 6,3 millones de israelíes estaban llamados a votar este martes en las segundas elecciones en el país en menos de seis meses y que alcanzó un 1,5% más de participación que en las de abril, con un 69,4%.
A falta de los resultados definitivos, los analistas señalan un bloqueo político si se confirman los sondeos de pie de urna y ven como única posibilidad un gobierno de unidad en Israel.