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Deivid se erige en protagonista

Con su entrada en el campo el Jédula inició la remontada

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Deivid, a la izquierda, felicita a su compañero José Mari en el Anexo de La Juventud hace dos jornadas.

Deivid fue el centro de las bromas de sus compañeros en el vestuario del Jédula, que vibró con el triunfo.

El C.D. Jédula consiguió vencer a un rival correos y peleón, el Medina Balompié, que se puso por delante en el marcador a los 16 minutos de partido y faltando media hora para acabar el choque, resistiéndose a caer derrotado en tierras arcenses, pero sin poder aguantar el pulso que le echó el conjunto de Elio Delgado, que tuvo en Deivid al jugador capaz de echarse a sus espaldas la responsabilidad de tirar del carro cuando peor estaban las cosas para los blanquiverdes. Los tres puntos le valen al Jédula para seguir con posibilidades de alcanzar al cuarto clasificado, el Barbate, que tiene un partido menos jugado y al que le favorece el ‘goal-average’ particular respecto a los jedulenses, por lo que la hazaña se antoja muy difícil de llevar a cabo.

El partido ante el Medina Balompié tuvo a un protagonista destacado, Deivid, que cambió el panorama preocupante de su equipo. Elio le puso en la banda derecha para gastar las fuerzas del lateral y en un mano a mano en el minuto 65, se sacó un centro que terminó colándose por la escuadra del sorprendido guardameta Juanjo. Era el 2-2. Cinco minutos después, el propio Deivid cabeceaba a gol una jugada por la banda izquierda de Juan adelantando a los suyos, que matarían el duelo con los tantos posteriores de Jorge y Pablo Ruiz.

Fue un encuentro un poco ‘loco’, que se le puso cuesta arriba al Jédula por fallos de concentración en defensa que propiciaron el 0-1, obra de Yuyu, pese a llevar la iniciativa en el juego pero dejando espacios atrás. Jesús empató antes del descanso. La segunda parte fue una locura ofensiva por los dos bandos, c0n gol de Paco de cabeza para los asidonenses, hasta que apareció en escena Deivid para dinamitar la contienda, con un Medina que no pudo aguantar el arreón final de los jedulenses.

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