Cuatro días con morfina de 10 gramos para aguantar los dolores. Es la situación en la que vive Rosa, una mujer que padece un enfermedad genética que la convierte en una mujer de 49 años atrapada en el cuerpo de una de 80.
Viva Málaga ha hablado con su marido, Miguel. Rosa sigue luchando pese a la gravedad de su enfermedad. "Sus huesos envejecen más rápido de la cuenta sobretodo la columna a nivel lumbar, entre las vértebras apenas tiene almohadillas y le roza, lo que le provoca dolor a nivel lumbar que le coge ambas piernas", asimismo, "tiene pérdida de fuerza en las manos y hay veces que se le quedan engarrotadas y el dolor craneal ni te cuento", todo ello hace que el médico en un intento por paliar su dolor le haya recetado la morfina. Mientras tanto los profesionales sanitarios siguen intentando saber lo que le sucede.
“El médico el otro día en urgencias le dijo que todos los días se tenía que tomar la tensión y el oxígeno en sangre, porque la tensión le está subiendo sin saber el porqué", ha lamentado Miguel.
Los problemas de esta familia, junto a la pareja vive la hija de Rosa, se fueron empeorando cuando CajaSur les reclamó casi 120.000 euros. Dinero que corresponde a la hipoteca de la casa de Pizarra en la que viven de ocupas, una deuda que no les pertenece, ellos no han firmado “nada con dicha entidad bancaria”.
La vivienda sin ventanas, puertas, luz y agua se ha convertido en el hogar de esta familia desde hace algo menos de dos años. “Mi mujer y yo no valemos para abrir una puerta de una casa de una persona, que haya estado trabajando toda su puta vida para tener una casa, y dejarle sin casa”, ha reivindicado Miguel.
Rosa para defendenser, ya que decidió ser la cabeza de turco para proteger a su familia, solicitó una abogada de oficio, profesional a la que interpuso una “denuncian ante el colegio de abogados, porque la señora no quería hacer nada”, añadiendo que les dijo que el juicio “estaba perdido y que no iba a hacer nada”, ha criticado.
Actualmente está a la espera de conocer si se le facilita otro abogado de oficio. “El colegio está intentando localizar a esta señora y no hay manera, abre y cierra cuando quiere”, la solicitud para cambiar de defensora se puso en el mes de noviembre.
Ignorados por el Ayuntamiento
La familia está empadronada en la vivienda después de una continuada insistencia en el Ayuntamiento de Pizarra por parte de Rosa, a pesar de los problemas de movilidad de la mujer, en silla de ruedas, y los dolores que presenta. “Supuestamente el padrón lo íbamos a tener el lunes 14 de enero a primera hora de la mañana”, ha recordado Miguel, sin embargo, el “informe policial estaba mal hecho y el secretario dijo que así no lo firmaba”.
Aunque Miguel ha insistido en que “él que no quería firmar era el alcalde” de Pizarra, Félix Francisco Lozano.
El padrón les da la oportunidad de solicitar la minusvalía de Rosa y la hija de estos podrá arreglar los problemas que tiene con el DNI.
Miguel también ha asegurado que Lozano “prometió a Rosa que le iba a dejar un tensiómetro, porque él tenía dos y no los utilizaba”, un aparato del que depende la vida de Rosa, que según ratifica, no les ha dado.
Asimismo, antes de obtener el padrón, el Ayuntamiento les “negaba una ayuda alimentaria de extrema necesidad”, a pesar de que esta se puede conceder “a pesar de no tener el padrón”, motivo por la que no se la concedían.
El viernes la pareja tiene una reunión con el regidor para conseguir la ayuda alimentaria. Además, Miguel ha recalcado que “yo lo que quiero es un medio para poder traer a mi casa comida, poder trabajar, yo lo que quiero es trabajo”. A esto suma que su mujer está dispuesta a plantarse delante del Consistorio con la prensa delante si no se llega un acuerdo, intención a la que Lozano ha contestado, según dicen, alegando que "les cerraran las puertas del Ayuntamiento y no les darán ninguna ayuda".
“Les dije que podía dar clases de defensa personal a mujeres maltratadas, porque soy cinturón negro 1º Dan de karate y marrón de defensa personal policial”. De igual modo, Miguel se quedó sin trabajo por una situación de “transfobia”.
“En Clece entregué dos meses antes mi DNI actualizado, después de esto me dieron un talón al portador, porque hubo problemas ese mes con las nóminas, cuando fui a recogerlo ponía Mónica en lugar de Miguel, imagínate con qué cara fui yo a la del banco a cobrar mi sueldo” a la vez que añadió que “menos mal que me guardé mi DNI antiguo porque sé como es la empresa”, ha dicho.
Rosa también se se ha ofecido a trabajar dando clases de manualidades, antes limpiaba casas pero su actual estado se lo impide.
Ayuda
Esta familia cuenta con la ayuda económica que pueden pasarle la madre y la hermana de Miguel. A lo que se une el apoyo de Saray, una madre que se ha visto en una situación similar; el colectivo Renta Básica; de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca, del Ayuntamiento de Fuengirola; además de gente del pueblo.
Un matrimonio de taxistas de Pizarra, Encarni y Juan, “hay veces que no puedo pagarles el taxi en el momento y se esperan a que mi madre y mi hermana me manden el dinero para yo pagarle”, ha agradecido Miguel.
Se les rompió el coche, por lo que cuando surge una emergencia por el estado de salud de Rosa dependen de una ambulancia o de un taxi para poder ir y volver de urgencias, la casa se encuentra a ocho kilómetros del centro del municipio. Dan las gracias Encarni y Juan que cuando necesitan un vehículo atienden su llamada, incluso le han llegado a prestar "15 euros porque sino no tenía dinero para comer".
También hay vecinos como Vanesa, la encargada de un supermercado, quien le dio dos euros para poder comprar dos paquetes de pan bimbo en Navidad; Adri, el carnicero del mismo establecimiento que les sube la compra alguna vez; o su vecino de enfrente que les ayuda con el agua.