Les haré una confesión. El comentario que más me han hecho en los últimos dos meses ha sido más o menos el siguiente: "normal que te salieras del Ayuntamiento...eso no tiene solución, ¿no?" Y creo que no sorprende porque prácticamente cualquier vecino de nuestra ciudad piensa algo parecido de nuestro Ayuntamiento, incluidos algunos concejales que se limitan a pasear por sus pasillos.
No conozco otra institución que despierte menos interés o en la que se confíe menos que en el Ayuntamiento de Jaén. Esto es el fruto de décadas de funcionamiento de espaldas a los problemas de sus habitantes, de no atender las necesidades de una ciudad que progresivamente ha ido retrocediendo sin que los suyos le echaran un cable. Una responsabilidad de todos los que hemos pasado por ese salón de plenos, especialmente de los que han ocupado la Alcaldía. Y hemos llegado al punto en que se acepta como norma. Una ciudad que ya no espera nada de la Administración al mando y que se contenta con que, al menos, no moleste en el día a día de sus vecinos, como si el Ayuntamiento fuera de otros.
Pero cada vez que me han preguntado si esta situación tiene arreglo, me he empeñado en decir que sí, por supuesto. Y la tiene pasando por empezar a debatir y negar la resignación. Hace un tiempo, como en cualquier otro lugar, existían debates en los que se llegaba a plantear dónde estábamos, qué sucedía a escala nacional y qué proponía cada uno para Jaén. Cuestiones elementales que ya no aparecen, porque pocos se las creen. La resignación, incluso entre los propios concejales o aspirantes a serlo, es tal que se transmite y llega a todo jiennense. Pues necesitamos que esto desaparezca, incluidos los personajes que lo alientan.
Tampoco se trata ya de que haya malos diagnósticos o falta de soluciones. Cualquier jaenero por la calle te apunta directamente a la deuda, las concesionarias, la plantilla municipal, etc. Y, sobre todo, tienen su propia receta, que puede ser más o menos compartida. El problema es que todos, y aquí vuelvo a incluir a los concejales de ahora y de mañana, terminan con esa resignación característica: "pero eso no lo va a hacer nadie..." Y ese es el camino a seguir. Hay que hacer lo que hay que hacer por Jaén y los suyos, sin importar qué o quién está detrás.
Pues les digo algo para empezar 2019: algún jiennense tiene que hacerlo y devolvernos ese Ayuntamiento, para que vuelva a ser nuestro. Y entre todos tenemos que creerlo y hacerlo posible.
