Estupefactos. Así se quedaron los cerca de 50 jerezanos de una excursión familiar que el pasado sábado por la mañana iban a bordo de un autobús de la empresa Olmo Bus cuando emprendían el viaje de vuelta de la Aldea de El Rocío y un guardia civil les dijo en alto “fin del viaje. Ha dado positivo en drogas”.
La noche antes ese mismo conductor los había trasladado hasta la Aldea para acudir a la procesión extraordinaria por el Centenario de la Coronación de la Virgen del Rocío. La ida fue “perfecta”, pero todo se torció a la mañana siguiente, sobre las 10.00 horas, cuando prácticamente se estaban acomodando en el autocar.
Así lo ha relatado en su perfil personal de Facebook una de las afectadas, con la que ha contactado este periódico, después de la odisea que tuvieron que pasar para volver a Jerez. “Cual fue la sorpresa que no nos da tiempo a salir de la Aldea cuando la guardia civil detiene el autobús. El conductor bien tranquilo busca papeles, mientras los demás intentamos abrocharnos los cinturones que, para colmo, no funcionaba ni la cuarta parte. Después de casi media hora, la Guardia Civil seguía con el conductor, y nosotros sin tener ni idea de que estaba ocurriendo”, relata la joven. Pero sus problemas no terminaban ahí, tras confirmar el positivo e inmovilizar el autobús -el agente les llegó a decir que habían reparado en que el chófer “iba conduciendo con los ojos cerrados”-, cuando llamaron a la empresa para que les enviaran otro vehículo, el gerente les dijo que no disponía de más trabajadores y que acudiría él mismo a recogerlos. Lo haría desde El Cuervo, pero tardó casi cinco horas en llegar.
“Quince minutos antes de llegar el dueño, al conductor, que seguía allí retenido, le da por decir que el autobús no arranca, que se ha quedado sin batería. Llega el dueño, sale de su propio coche y se dirige al autobús, sin decir hola, buenas tardes, ni unas simples disculpas... así de déspota apareció después de miles de llamadas y tantas personas allí esperándolo. Busca unas pinzas y el autobús arranca. La gente se le echó encima sólo por el hecho de cómo llegó, sin explicación ninguna y ni siquiera le dijo nada a su empleado, el cual era el responsable de todo esto. Nosotros nos pusimos a reclamar nuestro dinero, a lo que él se negaba diciendo que cómo le iba a costar el dinero a él, encima”, explica.
Eso sí, los afectados, que el lunes acudieron a asesorarse a la oficina del consumidor para denunciar a la empresa, sólo tienen palabras de agradecimientos para la Guardia Civil. “El mismo guardia civil nos dijo que ese día dormiría tranquilo sabiendo que les salvó la vida a casi 50 personas, que la mitad era mi familia”.
Este periódico ha contactado con el gerente de Olmo Bus, una empresa familiar, quien asegura que fue “el primer sorprendido” y que tras lo ocurrido ha prescindido de los servicios de este al conductor, “que llevaba uno o dos meses haciendo servicios sueltos para nosotros”. “Él lo que nos dice es que dos o tres días antes le había dado varias caladas a un porro”, señala, mientras defiende la trayectoria de la empresa familiar tras 30 años de servicios .