Nuevo capítulo en la historia hasta ahora casi perfecta que está escribiendo el Cádiz CF B esta temporada. Con el empate en su visita al Ejea ya solo queda un pasito más para rozar la gloria y sellar el ascenso a Segunda División B.
Los amarillos, campeones de su grupo en la liga regular de Tercera División, no pudieron superar al Teruel en la primera eliminatoria (0-1 y 0-0), por lo que debían sacar adelante dos más para mejorar de categoría. En la primera de ellas, los chicos de Mere se deshicieron del Alavés B con autoridad ganando ambos partidos (0-2 y 3-2).
Y ya inmersos en el último y definitivo cruce, los gaditanos han empatado a un gol en el choque de ida, disputado en la localidad aragonesa de Ejea de los Caballeros. Este resultado permite soñar con el ascenso, que se decidirá el próximo domingo, a las 12.00 horas en El Rosal, donde se espera vivir una fiesta del cadismo para poner el broche de oro a la temporada, ya considerada un éxito.
No lo tuvieron nada fácil los chicos de Mere en la ida de este tercer cruce, en el que los locales se adelantaron por medio de Lucho. Pese a ir por detrás, los gaditanos no perdieron los nervios, muy bien plantados atrás y en busca de una oportunidad que les permitiera igualar el marcador.
El tanto del Ejea a la media hora había llegado con un fuerte disparo desde la derecha tras un robo de balón que propició la buena jugada local. Los amarillos, arriesgando lo justo hasta entonces, se veían por detrás y con casi la obligación de ver portería para tener opciones y dejar la eliminatoria abierta hasta el último partido.
Con paciencia, el Cádiz B fue dejando ver lo mejor de sí hasta que consiguió el premio esperado. Y lo hizo gracias a la inteligencia y rapidez de Manu Sánchez, que aprovechó una indecisión en defensa para empatar. Entre un central y el guarddameta local reinó el desconcierto. Uno por otro, la casa sin barrer, ninguno alejó el balón y apareció el joven cadista para llevarse el gato al agua consiguiendo el tanto de la igualada.
El encuentro estaba más abierto que nunca, pero el miedo de ambos equipos a encajar otro gol, sobre todo en los locales, no permitió apenas oportunidades frente a las porterías.
De esta forma, con el 1-1 se llegó al pitido final y todo queda pendiente para la vuelta. Noventa minutos tiene el filial cadista por delante para convertirse en nuevo equipo de Segunda División B, la categoría en la que tanto ha sufrido el primer equipo.
