Estas distinciones “son una satisfacción, pero también una responsabilidad, porque si hago otra película y no gusta, la gente puede decir ¡y a éste le dimos el premio!”, señaló con humor al recordar que estos reconocimientos suceden a la rotura de cadera que sufrió el año pasado, todo lo cual le hace exclamar “¡no sé cuándo!” si se le pregunta cuándo hará la próxima película.
La película en cuyo guión trabaja desde hace año y medio aún carece de título, no así la del guión que ya tenía acabado con Rafael Azcona, Las hermanas del Don, cuyo título alude al literario río ruso y que tampoco rodará de momento: “Cuando formas parte de una institución tienes que arrimar el hombro”, señaló el presidente de la SGAE, ex presidente de la Academia de Cine y miembro de varias academias.
Lo que sí ha concluido es su discurso de ingreso en la RAE, El cine en nuestro lenguaje, cuya versión definitiva ha entregado esta misma semana a su director, Víctor García de la Concha,
“Siempre nos quedará París” o “nadie es perfecto” son expresiones coloquiales que se originan en el cine, que influye “más de lo que la gente cree” –según Borau– en la manera de hablar, como demuestra la palabra “rebobinar”, o “bocata”, de la que afirma que procede de los rodajes italianos de la época de los “spagetti-western” y que luego ha generado “cubata”, “segurata”...
Y términos como “terminator”, que ahora han utilizado hasta para aplicárselo al juez Garzón, bromeó Borau, quien ocupará el sillón que fue de Fernando Fernán Gómez.
En una entrevista telefónica, Borau recordó cuando hace poco más de diez años fueron Luis García Berlanga y él a proponerle a Lázaro Carreter que el cine estuviera representado en la Academia y le dijeron que habían pensado en Rafael Azcona, quien, a diferencia de Fernán Goméz, tan polifacético, era casi exclusivamente guionista y escritor cinematográfico, por lo que se lo propusieron.
“Lo malo fue cuando fuimos a decírselo a Azcona, y nos dijo que ni pensarlo, que qué ocurrencia habíamos tenido, que qué hacía él de académico teniendo que dar un discurso y todo eso; Berlanga, como lo conocía, ni siquiera fue a hablar con él, fui yo, que soy más candoroso”, evocó Borau.
Sobre el cine europeo, que le homenajeará en el Festival de Sevilla, José Luis Borau señaló que su problema es que “le ha faltado siempre un mercado suficiente”.