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Desde la Bahía

Intromisiones ilegítimas

Por segunda vez se hiere “la piel de toro”, porque el poder es caprichoso, resentido y saturado de odio.

Que Lisboa es una ciudad de enorme encanto nadie lo duda y menos cuando observamos, sobre todo, los habitantes de la península ibérica la desembocadura del río Tajo en el Atlántico. A este nivel este río forma el estuario del Mar da Palha de extraordinaria belleza. Si hemos nacido en España, quizás no seamos capaz de evitar un pensamiento, que ni es soberbio, ni de expresión de superioridad y mucho menos de inclinación a su posesión.

Es una especie de ternura, comparable a la que unos padres sienten por sus hijos, a los que han visto nacer, han criado y han vivido su evolución, para luego cuando mayor es su realce y capacidad, ver que han caído en otras manos diferentes. Nuestros ríos, Tajo, Duero, Guadiana y  Miño, despues de més del 80% de recorrido en nuestro territorio, se hacen portugueses y perdemos toda capacidad de relación directa con ellos  (Duero y Tajo). 

La península ibérica reunía todas las condiciones para ser un solo ente común, una gran nación.  Atlántico, Mediterráneo, Cantábrico, Estrecho de Gibraltar y la orografía de los Pirineos, le daban esa independencia en sus fronteras, tan difícil de marcar en la mayor parte de los países de otros continentes.  Y el geógrafo griego Estrabón, realzó la obra de la Naturaleza, comparando la península ibérica a la forma de una piel de toro extendida.

Nuestro nexo con este noble animal tiene muy largo recorrido. Pero no pudo ser Portugal y España, siempre fueron por caminos diferentes a excepción de aquellos sesenta años entre 1580 y 1640, en que caminamos juntos, pero no hubo esa verdadera voluntad de haber hecho un solo estado (Iberia o parecido) y de nuevo Portugal se independizó, muy lógicamente. La piel de Toro se fractura por primera vez, ni Portugal lo es, ni España de modo completo. Pero seguimos aquí en este país, utilizando esa expresión, aunque con el secreto silencio hacia la parte desprendida. Fue la gran ocasión de ser el mejor de los estados de la tierra. La lucha de intereses y bajos instintos inició un camino que pretendía alejarnos de aquella fisonomía conjunta que recordaba al toro bravo.

Barcelona es, como Lisboa, otra gran ciudad. Los estudiosos de la tauromaquia dan orígenes que aunque pudieran diferir en años, lo cierto es que comenzaron hace bastantes siglos. No es de este artículo revisar la historia. La fiesta de las Corridas de toros, con altibajos, fue creciendo y a principios del siglo XX, adquiere su máximo esplendor. La capital catalana inmersa en una gran admiración y dedicación a la fiesta , llega a tener nada menos que tres recintos para celebración de estos espectáculos.

Hay gente que tiene una gran aversión a los libros, a la historia y la fiesta de los toros se creen algunos que es un producto del régimen, nacido en 1939, tras la victoria nacionalista. Como esto ya no entra en cualquier mente medianamente cualificada, hay que inventar otro argumento de mayor sensiblería y empatía falsa: El amor a los animales. Las corridas de toros se suspenden en la autonomía catalana sin tener en cuenta los gustos de la totalidad de sus habitantes.

El amor a los animales incluye a todos y bien que sabemos que eso no es así. A veces pienso, cuando veo en los paseos esos perros ataviados  de forma tan ridícula, con sus correas al cuello, cómo sus excrementos son recojidos (si no es así hay posibilidad de multa), con todo el cariño por sus dueños, mientras muchos abuelos andan aislados en residencias porque se justifica que no hay tiempo, entre tanta tarea diaria, para dedicarles un rato en su domicilio, donde eran mas felices.

Por segunda vez se hiere “la piel de toro”, porque el poder es caprichoso, resentido y saturado de odio.

Y ahora quieren romper definitivamente la aseveración tan graciable que hizo Estrabón. Se relata la historia según gustos y poder. No hay escrúpulo en contársela tergiversada  a los niños, se crea un desprecio visceral hacia el resto de los naturales del país, los españoles, y se genera un ambiente amañado y represor para justificar el apartarse, independizarse, de nuevo sin considerar cuál es el criterio de la totalidad de los individuos y queriendo fragmentar y abrir puerta a otras fragmentaciones , en la totalidad del territorio español.

Es el ultimo ataque a esta unión conceptual del toro bravo y nuestras fronteras, la tendencia a un tercera intromisión ilegitima e inconstitucional  a nuestra forma de vivir, que no debemos estar dispuestos a tolerar.

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