Lo más simple que el hombre actual puede preguntarse es: ¿que es la vida? y como todas las cosas simples, la respuesta nunca es única y menos aún sencilla, escapándose en ocasiones de los barrotes de realidad en que estamos secuestrados.
Es posible que hoy tenga un día nostálgico o más bien de sinceridad sin ataduras.
Se nace desnudo, débil, incapaz de surgir por uno mismo, dependientes totalmente del entorno, pero gracias a Dios en ese mundo que rodea al reciénnacido está la madre, el alfa y omega del amor, la voz hecha ternura y el tacto, caricia. Pero corrían los catorce meses de mi existencia y mi madre no tenía vida para seguir a mi lado. Cuánto hubiera deseado tener conciencia en aquel momento de lo que ocurría. Ofrecerle mi cariño y mis lágrimas, participar de su dolor para que éste le hiriera más suavemente su frágil organismo. Esto no era posible y quizás de lo único que yo era capaz de estar pendiente, fuese de mis instintos y el de conservación - unido por entonces al biberón - era el que más mostraba.
Se escuchó en la habitación donde a sus largos años se encontraba. Una voz dijo “hoy a su hijo le rinden un homenaje, en reconocimiento a una vida entregada al estudio y la investigación. Cuánto hubiera gozado de poder tener conciencia en este momento y asistir a tal excelso acontecimiento. Pero lleva ya más de cuatro años, que sus células nerviosas han visto desmoronarse, degenerar su cromatina y la razón - a veces enemiga de las creencias - ni siquiera se ha quedado para ser testigo de este evento y el vacío cognitivo es total”. Que más da que denominen Alzheimer al proceso patológico.
Me preguntáis ahora ¿qué es la vida?. Tengo la respuesta: "el camino a recorrer entre dos tragedias".
Un día crucé una calle y justamente frente al camino que seguía, una figura de mujer impresionó mi espíritu con la fuerza que ningún dardo es capaz de conseguir y el encanto, que el vuelo que el vuelo del águila no es capaz de simular. Era el amor que asomaba a la ventana de mi vida y que consiguió introducirse en su hogar. Es posible que la felicidad sea para siempre, pero el final físico está ahí y es lo más cierto que el ser humano conoce, por lo que se impone la frase en el amor de “hasta que la muerte nos separe” y esta incertidumbre posterior, esta posibilidad de no volverse a ver más, es una angustia roja y candente, cuya llama deja siempre cenizas de desesperanzas en los enamorados.
Otra vez me preguntáis ¿qué es la vida? Tengo la respuesta “el camino a recorrer desde el encanto hasta el drama”.
Por todas partes he escuchado siempre lo importante que es la amistad, el compañerismo, la tolerancia, tener amigos ... Ayer me hicieron un almuerzo/homenaje. Ya mi compromiso con el trabajo oficial había terminado. Me llegó la jubilación. A los postres el jefe en nombre de todos y con gran vehemencia hizo un discurso resaltando tal número de cualidades en un ser humano, que yo miraba hacia todas partes, por ver si podía conocer a la persona a la que se le acreditaban tanto atributos. Finalmente mencionó mi nombre y me quedé aturdido. Me habían crecido en un instante todas las calidades y cualidades antes ínfimas y diminutas y no se por qué, se me vino a la cabeza aquel refrán de “cuando la limosna es muy grande, hasta el santo desconfía”. Cómo teniendo tan excelsas cualidades no se me reconocieron durante tanto tiempo de trabajo activo.
Me preguntaréis ahora ¿qué es la vida? Tengo la respuesta, “una larga tarde de carnaval y borrachera, que acaba en abrazos. Es decir, comedia y farsa”.
A estas tres respuestas me diréis: Sí, es verdad que hoy tienes un día nostálgico, porque la vida es sobre todo alegría, gracia, jovialidad, ¿dónde dejas el humor? También tengo la respuesta: Es posible que la vida también sea humor, pero contado por un sensible payaso, que oculta con él mismo la tristeza interior.
