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La libertad de prensa retrocede incluso en los estados democráticos

"Las democracias que han hecho de la libertad de prensa uno de sus fundamentos deben seguir siendo un modelo y no a la inversa", dijo el secretario

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  • Rueda de prensa -

La libertad de prensa retrocedió en 2016 en todo el mundo, incluso en los estados democráticos, donde debería ser uno de los pilares de la convivencia, según el informe 2017 de la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) publicado hoy.

"Con comunicados vomitivos, las leyes draconianas, los conflictos de intereses e incluso el uso de la violencia física, los regímenes democráticos multiplican los ataques contra libertad de prensa, que debería ser uno de sus pilares", denuncia RSF.

"Las democracias que han hecho de la libertad de prensa uno de sus fundamentos deben seguir siendo un modelo y no a la inversa", dijo el secretario general de la organización, Christophe Deloire.

"A fuerza de empeorar la libertad fundamental de informar con el pretexto de proteger a sus ciudadanos, las democracias se arriesgan a perder su alma", afirmó en un comunicado.

Según el informe, con datos de 2016, el número de países donde la situación de la prensa es considerada "buena" o "bastante buena" ha caído un 2,3 %, e incluso destaca que esa caída "no excluye a las democracias modelo".

"El mapa mundial de la libertad de prensa se ha vuelto más negro", dice el informe de RSF, que afirma que el indicador global sobre violaciones nunca ha sido tan alto, lo que significa que "la libertad de prensa no ha estado nunca tan amenazada como ahora".

Un total de 21 países "están en negro", lo que quiere decir que la situación es "muy mala", mientras que 51 están "en rojo (mala)".

"La erosión de la libertad de prensa es particularmente visible en las democracias europeas", según RSF, incluso en los países nórdicos europeos, que tradicionalmente han ocupado las primeras posiciones.

Noruega, Suecia, Finlandia, Dinamarca y Holanda ocupan los cinco primeros puestos en el ránking mundial de la libertad de prensa.

Corea del Norte -el peor clasificado-, Eritrea, Turkmenistán, Siria y China ocupan los cinco últimos puestos.

Entre los países latinoamericanos, Costa Rica ocupa el sexto lugar mundial, dentro del grupo de quince países en los que la libertad de prensa es "buena".

España ocupa el puesto 29 -desde el 34 que ocupaba en 2016-, dentro del grupo de países donde la situación es "satisfactoria".

El informe de RSF reconoce que aunque la falta de respeto no es nueva en las democracias europeas, lo que sobresale ahora es la "escala y la naturaleza de las violaciones".

Destaca el comportamiento y los comentarios del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, contra los periodistas, a quienes ha calificado como "los más deshonestos seres humanos de la Tierra", así como que no se haya recatado en "diseminar noticias falsas".

"El discurso del odio utilizado por el nuevo jefe de la Casa Blanca y sus acusaciones de que la prensa miente han ayudado a desinhibir los ataques contra los medios en todo el mundo, incluso en los países democráticos", dice el informe.

"Desacreditar a los medios es el arma preferida de los antisistema", dice el informe, que recuerda que también en la campaña del "brexit" el descrédito fue ampliamente utilizado por el líder del UKIP, Nigel Farage, y en Italia por el líder del Movimiento 5 Estrellas, Beppe Grillo.

La presión política "directa o indirecta", incluso de máximos gobernantes, la falta de protección de las fuentes, la persecución contra los filtradores y la cada vez mayor concentración y la menor independencia de los medios han contribuido a mermar la libertad de prensa en el mundo.

"El pasado año ha continuado la tendencia a la concentración de los medios en unas pocas manos, lo que ha incrementado la dependencia política y económica respecto a los propietarios", dice el informe.

Un total de 180 países están incluidos en el índice sobre la libertad de prensa elaborado por RSF, de acuerdo con unos indicadores que evalúan el pluralismo, la independencia de los medios, el marco legislativo en el que se desenvuelven y la seguridad con la que los periodistas hacen su trabajo.

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