El próximo mes de junio se cumplirán ocho años desde que monseñor Mazuelos tomase posesión como Obispo de Asidonia-Jerez. “El peso de la Diócesis, el patrimonio de tantos pueblos, de tantos párrocos, de tantos sacerdotes, obras sociales, la toma de decisiones de cambiar a párrocos, de las hermandades... Uno ve que pasan ocho años y lo supera y dice Dios es fiel. Estoy contento, feliz aquí en Jerez. Veo la mano del Señor aunque problemas no me faltan ni trabajo tampoco”.
Lo pastoral va unido a lo social y a lo patrimonial en una Diócesis tam amplia como ésta, y en ese sentido los próximos retos que anuncia José Mazuelos son la intervención en la torre y las campanas de la Catedral. “Es muy triste que las campanas no suenen un Domingo de Resurrección o en el Corpus o en acontecimientos importantes de la vida de la Diócesis”, lamenta. “Eso es lo más inmediato que tenemos y le intentaremos meter el diente lo más pronto posible”.
A este respecto, reconoce que todo pasa por “verle el horizonte a Santiago, porque aún debemos 2 millones de euros. Y es que, entre una cosa u otra, lo que valía un millón, por la dejadez, se convirtieron en tres. Lo que era terminar la cimentación, hablamos de unos seiscientos mil euros, como había estado tantos años de abandono, de desidia, nos llevó a arreglar no solo la cimentación sino la capilla del Sagrario, el ábside y la espadaña del reloj porque la torre se venía abajo”.
Mazuelos recuerda que “lo que era un millón se convirtió en tres”, que equivale al presupuesto de toda la Diócesis durante todo un año: tres millones de euros; “un millón y medio para funcionar y otro millón y medio para Cáritas. Con esos 3 millones hacemos muchas cosas. Habrá que ver lo que tantas instituciones hacen con tanto presupuesto. Con tres millones conservamos patrimonio, seguimos dando catequesis, atendemos a Cáritas, paliamos muchas cosas y hemos hecho obras que cuestan 3 millones. Hacemos lo que debemos, pero debemos lo que hacemos”.
Mucho se rumorea sobre el adiós del Obispo de nuestra Diócesis, pero él dice que “ni me han comunicado que me vayan a cambiar, ni hay perspectivas de obispados libres. Para cambiar tiene que existir un hueco y no lo hay. Uno entra a disposición de la voluntad de Dios en la Iglesia. Donde me manden allí estaré. Le pido al Señor tener disponibilidad”.
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