Mientras el hemisferio sur lucha ahora contra el virus y el norte se prepara para su rebrote con las ventiscas de otoño, los expertos más brillantes del mundo, reunidos en Cancún, reconocen que lo combaten casi a ciegas.
El virus de la gripe común ataca la debilidad: a los niños muy pequeños y a las personas mayores, pero no así el H1N1, que afecta más a los jóvenes.
Buena parte de los casi 400 muertos registrados hasta ahora en el mundo tenía algún tipo de dolencia, como hipertensión u obesidad, pero en otros casos se trataba de jóvenes perfectamente saludables, cuyos cuerpos sucumbieron rápidamente a los estragos del virus.
“El mayor interrogante es por qué la mayoría de las personas sufre una enfermedad leve o moderada y por qué para una minoría significa una dolencia grave o la muerte”, dijo a Efe Timothy Uyeki, epidemiólogo del Centro de Control de Enfermedades de Estados Unidos.
Se trata de un virus que ataca especialmente al sistema respiratorio, por lo que personas con problemas pulmonares o que fuman son vulnerables.
No obstante, se desconoce por qué el N1H1 es particularmente grave cuando entra en la sangre de una embarazada o de una persona diabética, según dijo a Efe Frank Plummer, el director científico general del Laboratorio de Microbiología Nacional de Canadá.
Una de las teorías es que la pandemia actual está causada por cepas diferentes del mismo virus, una o algunas de las cuales son más agresivas, de acuerdo con Plummer.
Esa hipótesis sólo se confirmará cuando haya estudios completos de casos graves y se comparen con personas que sufrieron sólo una gripe leve, explicó el epidemiólogo canadiense.