El fútbol base se hace tipo con la chirigota sevillana, con unos padres que alientan a su niño para que entre en el equipo de fútbol sí o sí. Suplente eterno, Manolito con su inseparable comida en el banquillo, halla en su primer pasodoble una letra de presentación crítica por la actitud de algunos padres que distorsionan el noble deporte formativo.
Doble sentido en el que compara al presidente del Gobierno con su entrenador en un intento infructuoso.
Estos entendidos, desde la grada se animan, todo lo contrario que el público que pide la hora.