El español Rafael Nadal remontó la ventaja inicial del brasileño Thomaz Bellucci (2-6, 6-4 y 6-2) para lograr el triunfo y la clasificación para la lucha por las medallas en el cuadro individual masculino de Río 2016.
Nadal, campeón olímpico en Pekín 2008, obtuvo el pase a las semifinales después de dos horas de partido y se enfrentará al ganador del partido entre el argentino Juan Martín del Potro y el español Roberto Bautista Agut.
Se tapó la cara Nadal y miró al cielo. Río le ha rehabilitado definitivamente como competidor. Dos semanas atrás su futuro estaba empañado por el estado de una muñeca que no terminaba de sanar. En Brasil, el español, finalista en dobles con una medalla al cuello asegurada y semifinalista en individual, ha evidenciado que su recuperación es una realidad.
Nadal lanzó bolas firmadas al publico. Quiere ser cercano el balear, que no guardó rencor alguno a una grada habitualmente cercana con él pero hostil en esta ocasión. Pretende mantener el cariño de esta gente Rafael Nadal, que puede necesitar su apoyo en el duelo de semifinales. Especialmente si el rival es Juan Martín del Potro, argentino.
Y eso que durante dos horas Rafa tuvo que asumir el vendaval de un público en contra y un rival desatado. Extramotivado. Nunca Bellucci, en sus cinco enfrentamientos, había inquietado en exceso al español. Pero esta oportunidad era diferente. Brasil tenía ante sí la ocasión de disparar cerca del podio a un tenista por primera vez en su historia.
Es Bellucci un jugador sin excesiva repercusión. La raqueta de Tiete, de 28 años, transita con indiferencia por el puesto 54 del ránking con cuatro éxitos a sus espaldas. Al de Santiago en el 2010 añade tres en Gstaad, que incluye su triunfo más reciente, en el 2015.
La grada de la pista central del Centro Olímpico de Tenis se volcó con su jugador, que supo controlar bien sus emociones. Cada punto era celebrado como un gol por cada seguidor.
Le costó a Nadal encontrar el ritmo al partido y enmudecer a la grada. Pasó un set, que ganó el brasileño después de romper en el cuarto parcial y mantener su saque, para que el español acertara con la lectura del partido.
Bellucci jugaba profundo. Estuvo certero con su potente derecha aunque en el segundo parcial decayó. Fue ahí donde Nadal, que celebraba con frecuencia sus puntos para compensar el aliento que el seguidor propinaba al rival, obtuvo su primera rotura y se situó con 3-1 en el marcador y después 4-1. Sirvió para ganar pronto el set pero el sudamericano se resistió, quebró y obligó al español a tener que cerrar la manga desde el resto.
Con el marcador apretado y el público aplacado Rafael Nadal transitó sin freno. Volvió a hacer 'break' y a obtener ventaja. Bellucci, que minutos atrás ya había perdido la frescura de antaño, empezó a delatar miedo a perder. Y perdió ante un público entregado que supo recompensar su esfuerzo y también el de Nadal.