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“Un piropo, una mirada por la calle: son gestos sutiles de dominación”

La portavoz de Marea Violeta en la provincia reflexiona acerca del papel de las mujeres en la sociedad y abre el debate sobre los resquicios de la desigualdad

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  • Teresa Chamizo, Marea Violeta -
  • “La prostitución pervive con el beneplácito de la sociedad”
  • “La dependencia económica de la pareja impide salir del maltrato”

“Un piropo, o una mirada por la calle. Ir a comprar un coche con tu pareja y que el vendedor se dirija al hombre para explicarle las características técnicas del vehículo. Un «te he fregado los platos», como si las tareas domésticas fuesen obligación de la mujer y el hombre prestase su ayuda desinteresada a realizar una tarea que es exclusivamente femenina por ser doméstica”.
Son detalles, gestos sutiles de los hombres hacia las mujeres que pasan inadvertidos pero bajo los que subyace la ideología de que hombres y mujeres no son iguales. Esos gestos tienen un nombre: se llaman micromachismos y, según explica la portavoz provincial de Marea Violeta, Teresa Chamizo, “sirven para mantener y perpetuar la desigualdad de género y la dominación del hombre sobre la mujer”.

Marea Violeta nació de losmovimientos ciudadanos de reivindicación de cambio y en demanda de una vuelta a lo público, las llamadas mareas, repartidas por todo el país y que trabajan en defensa de una educación pública y de calidad (la llamada Marea Verde), o bien en defensa de la sanidad pública y contra los recortes en recursos sanitarios (Marea Blanca). Marea Violeta trabaja por reclamar para la sociedad una igualdad real entre hombres y mujeres; una igualdad que, según afirma la portavoz de la corriente provincial en declaraciones a este medio, “no ha llegado porque es un problema estructural, arraigado en nuestra forma de pensar y de actuar diaria”.

La consecueción de la igualdad requiere pedagogía y una explicación de que “el feminismo no es una moda, sino una necesidad”, sostiene Teresa Chamizo, y añade que “una muestra de que la igualdad no es real aún es que este año tengamos que contar que ya van 39 mujeres asesinadas por violencia machista o que el Instituto Andaluz de la Mujer (IAM) haya atendido en lo que va de año más de 700 casos de agresiones sexuales. Por supuesto que el feminismo es una necesidad. Esos asesinatos, esas agresiones, son la constatación de que la sociedad subordina la mujer al hombre”.

La violencia hacia las mujeres “es tan solo la punta del iceberg”, ejemplifica Chamizo, pero piensa que con al violencia se ha hecho dejación de funciones: “el Gobierno no ha hecho de a violencia de género un asunto de Estado y las mujeres, denuncien o no, no tienen la protección suficiente para estar a salvo de sus maltratadores”. La crisis ha dejado un saldo de retroceso en las conquistas en igualdad, entiende Chamizo, porque “los recortes, enmarcados en un contexto de austeridad, no han priorizado erradicar la violencia hacia la mujer, sino que se ha recortado en recursos que eran necesarios para permitir que esta salieran del círculo de violencia”.

La violencia no es lo único. Más allá de eso hay una serie de elementos estructurales que se han paralizado desde las políticas públicas: “se han paralizado proyectos de ley, se ha revertido la ley del aborto, no se está garantizando el acceso a tratamientos de fertilidad”. Y, según la portavoz provincial de Marea Violeta, “es cuestión de voluntad política. Hay que tener en cuenta la variable de que este Gobierno es conservador y eso explica determinados recortes”.

En ese marco, la medida anunciada esta semana por el Ayuntamiento de Cádiz de financiar al 100% los costes de vivienda para mujeres y menores que salen del círculo del maltrato es “muy positiva, porque la realidad de muchas mujeres que viven en una relación de maltrato, es que no pueden dejar a su pareja porque dependen económicamente de él”.

La reflexión que hace Teresa Chamizo para Información es transversal y toca además temas sensibles como laprostitución. En el sentido moral, Chamizo asegura que esta actividad “mercantiliza y cosifica el cuerpo de las mujeres. La prostitución la naturaleza femenina y espiritual de las mujeres por la mercantilización”. Cree que es una realidad que “pervive con el beneplácito de la sociedad” porque, “además del proxeneta, la clientela también es forma parte del problema, sin clientes no existiría”.
No obstante, asume que “ el entramado mafioso que sostiene la prostitución necesitaría de una desarticulación  total, para que todas aquellas que quisieran ejercer, lo hicieran desde su libertad”. Así se evitaría lo que Chamizo entiende que es “la parte más cruel y trágica de la prostitución: la explotación y esclavitud sexual de mujeres y niñas en todo el mundo”.

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