Plaza pidió un empujón del Carpena, y la afición acabó silbándole o abandonando las instalaciones del palacio ante el partido de un Unicaja sin ambición que se rindió y cayó ante el Lokomotiv Kuban por 64 a 82.
El encuentro, cuyo salto inicial ganó Fran Vázquez, empezó con un equipo cajista entonado y con las ideas claras. Ideas que se difuminaron en el transcurso de los minutos. Así el partido mostró parciales intermitentes en uno y otro equipo.
El Lokomotiv Kuban se apoyó en su base, Malcolm Delaney, para sumar puntos ante la atenta mirada, desde el público, de Richard Hendrix y Stefan Markovic. La anotación local la asumió el alero Mindaugas Kuzminskas (16 puntos) y el periodo acabó con empate (16 a 16).
En el segundo cuarto el Lokomotiv Kuban se colocó por delante, pero los triples de Alberto Díaz y Edwin Jackson pusieron la ventaja de nuevo. Con 30 a 23, los de Joan Plaza lograron la máxima ventaja en el encuentro; un espejismo que se encargó de romper un triple de Delaney que cerró la primera mitad por delante (32 a 34) y 100 por ciento de efectividad desde la línea de tres.
Tras el descanso, el Unicaja se desinfló, como si el virus le hubiera afectado a todo el equipo, tan solo el canterano Díaz y el pívot Jack Cooley tiraron de un carro cuyas ruedas estaban estancadas, sin ideas y a remolque.
El entrenador del Unicaja, Joan Plaza, explicó que al equipo “le ha faltado dureza física y mental para aguantar las acometidas del rival y ni de lejos es la imagen que queríamos dar”. Plaza indicó los “nefastos” porcentajes de tiros de dos. “Es difícil ganar a nadie por debajo del 40 por ciento; y ahora tenemos que recuperar a la gente”, afirmó.
El base cajista Alberto Díaz explicó tras el partido que “hemos pegado un bajón físico y no ha sido un buen partido”. Así, “tenemos claro que el Carpena tenía que ser fortín y ahora toca remar en contra; y se intentarán victorias complicadas para enmendar la situación”, dijo Díaz e insistió en que “perdimos la intensidad y se ha ido el partido”.