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El Puerto

Lo que yo te diga... de los recortes

Luis Miguel Morales VS Quique Pedregal.

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Luis Miguel Morales | Nada como utilizar un discurso bien elaborado -que no es el caso- y utilizar las palabras idóneas -que tampoco lo son- como para maquillar y querer ofrecer una visión bien diferente de lo que en el fondo se pretende decir y hacer. Nada como el malabarismo literario para sortear la realidad y bordearla. 

Ya recuerdan al ínclito ex presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero cuando rebautizó la crisis económica como “una desaceleración transitoria, ahora más intensa”. Así, sin el más mínimo rubor.  La historia padecida es bien conocida por todos. Millones de parados, desahucios, miseria y principio de bancarrota.

El tiempo desnudó la desfachatez y la escasa valía para gestionar una de las peores crisis económicas que se recuerdan. Ni para reconocerlo valió. La crispación social obtuvo  consecuencias, encontrando  tendencias e intenciones de cambiar las políticas, los políticos y las formas, que dieron el sitio y el lugar a nuevas formaciones participativas asamblearias y más abiertas.

Esa es la teoría, esperamos aún la práctica y sobre todo las propuestas. Aunque sean reales, también valen.

Las medidas obligatorias en el saneamiento de las cuentas públicas y la reducción del déficit se calificaron como de recortes en toda regla.  En clave local, por sus actos lo conoceréis, la disminución presupuestaria continúa siendo la tónica tras 80 días de Gobierno. Sí, me acuerdo de la bajada de los sueldos de los concejales.

Lo recordaron, aún lo hacen, por activa y por pasiva. Otro día, querido Quique, lo hacemos de los consejeros delegados de las empresas municipales. Sí, de los nuevos. O veteranos, que algunos volverán a la primera línea asalariados. Ya sabes, “nunca me fui”.

Los 17.000 euros que se han recortado con los preparativos de la Patrona Nuestra Señora de los Milagros estará por ver si son visibles o no y si afectarán.

Y que se van a emplear y para qué. Y dónde. Porque ahorrar es bueno, mejor que malgastar y tirar. Faltaría más. Pero recordando, primera premisa de una elección democrática, que se gobierna para la mayoría, no para el que te votó. Craso error.

También se utilizó el mismo argumentario para cambiar de ubicación el Festival de Comedias de San Luis. Me repito, lo sé, seguimos esperando cantidades, informes y demás documentaciones para entender y justificar dicho cambio. A la espera.

Las Hermandades también saben ya -lo adelantamos en estas mismas páginas- que los 300 euros asignados de subvención están en el aire. Lo tituló como siempre magistralmente el compañero Paco Montero “toca apretarse el cíngulo”. Las demás asociaciones también lo saben.

¿Medidas necesarias? Está por ver. ¿Es lo más imperiosamente obligatorio promover los cambios de buena parte del callejero por su pasado franquista? Discrepo. Por anacrónico, superfluo, ridículo y revanchista. A no ser que no se pretenda hacer con dinero público. Si lo pagan los que lo promueven y se lo permiten, allá ellos.

Nuestro dinero, nuestras instituciones, nuestras calles, nuestra historia es solo nuestra, no de un grupo por muy mayoritario que sea (que no es el caso).

Quique Pedregal | Pues mira, Luismi, lo de los recortes para apoyar a los más necesitados me parece que va a ser la típica medida que queda muy bien en los titulares, pero que se queda en un efecto de cara a la galería.

De aquí a unos meses veremos a los mismos que no tienen vivienda, a los mismos que lo están pasando mal, a los mismos que han votado “una manera distinta de hacer política” - qué lástima de gente que se ilusiona porque realmente lo necesita-, en la misma situación.

No tienes más que ver que Cáritas atiende cada año a más personas y que no recorta nada, más bien aporta más porque se lo quita de su bolsillo. Del bolsillo de la Iglesia Católica y de los católicos (sí, de mi renta anual, de lo que me corresponde como ciudadano, de lo que es mío); una Iglesia Católica que es muy mala, muy mala, muy mala, y que no ayuda a nadie, ni a los de nuestra tierra ni a los de fuera, con curas muy gordos y millonarios que duermen en palacios con criadas y concubinas, y que se comen a los niños para el desayuno… demagogia barata.

Si te fijas bien, siempre recortan en lo mismo: procesiones, exornos, tradiciones... sin embargo, ven con muy buenos ojos gastar miles de euros en cambiar nombres de calles. ¡¡Lo que le importará al que no tiene una casa cómo se llame la calle en la que podría tener una vivienda!!

Más demagogia. Por muchos recortes que se hagan, siento decir que los perros no van a ser atados con longaniza, que los problemas van a seguir ahí, que –a la vista está- no se ha adelantado prácticamente nada.

Para mí, que se recorte con dinero de todos es de las cosas más fáciles que hay porque ya llegará otro que arree. Y si se recorta para destinar el dinero a otros menesteres más urgentes, que pregunten en consulta popular en qué van a gastar lo que se ahorre.

Luismi, desviar la atención, centralizar el foco en lo superfluo y dar lecciones de moralidad y ética. Santos hay muchos, también fuera de la Iglesia, pero buenas personas, responsables y coherentes con sus ideas… lo que yo te diga.

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