Los liberales habían presentado una enmienda en la que condenaban “firmemente” las palabras del Pontífice, aunque posteriormente la suavizaron para que la Eurocámara expresase su “preocupación” al respecto.
Sin embargo, ésta tampoco fue aceptada por la mayoría del Parlamento y salió rechazada por 253 votos frente a 199.
El texto del grupo Liberal consideraba que las declaraciones del Papa “crean la impresión” de que el uso del preservativo podría incluso aumentar el riesgo de contagio del virus del sida.
El mensaje creó un importante revuelo en la Eurocámara y antes de la votación, el democristiano alemán Hartmut Nassauer solicitó junto a otros diputados conservadores que la enmienda no se admitiese a trámite por causas técnicas, alegando que las palabras de Benedicto XVI son de 2009 y el informe sobre derechos humanos se limita al año 2008.
Además, Nassauer aseguró que el texto “comparaba las declaraciones con graves violaciones de los derechos humanos” incluidas en el documento, lo que a su juicio suponía “una falta de respeto cínica para con las víctimas”.
La presidencia y los servicios jurídicos de la Eurocámara no aceptaron esa demanda y permitieron la votación que, de cualquier modo, echó abajo la crítica contra el Pontífice.
A pesar de ello, el líder de la delegación del Partido Popular (PP) en la cámara, Jaime Mayor Oreja, consideró “muy grave que un Parlamento trate de condenar una declaración del Papa” y aseguró que se trata de “un ataque a la libertad religiosa”.
“Creo que es un error minimizar lo que sucede”, dijo en declaraciones a los periodistas, en las que además aseguró que España y, en concreto los socialistas, están “a la vanguardia” de una “campaña” que supone “una mala perspectiva para el futuro de la Unión Europea (UE)”.