Hará frío, pero la sensación de frío será aún mayor y aunque sea esta madrugada cuando en la capital están previstas las mínimas más mínimas, hasta el punto de haberse activado el aviso por bajas temperaturas entre las cuatro de la madrugada y las nueve de la mañana, el frío no nos abandonará en Nochevieja. Ni frío ni calor, que dice el chiste, porque la sensación térmica rondará los cero grados a las ocho de la mañana del día 1 y no subirá de los 4 grados en toda la madrugada.
Si pasamos en la capital un verano sin apenas temperaturas extremas y un otoño parecido más a la época estival que a otra cosa, el Año Nuevo nos deparará la primera ola de frío verdadera, aunque no esperen nieve porque seguiremos sin reproducir la estampa de Sevilla bajo un manto blanco que desde 1954 a muchos nos gustaría ver.
La Aemet activó este martes para toda la campiña sevillana el aviso amarillo por temperaturas extremas para esta madrugada (de las cuatro a las 9 de la mañana) y aunque en la capital la temperatura real no bajará de los tres grados, la sensación térmica estará entre cero y un grado bajo cero (hasta 3 en la provincia). El aviso de la Aemet no está activo para Nochevieja, cuando la mínima también rondará los 3 grados pero la sensación térmica se quedará en cero, sin alcanzar valores negativos. Tampoco está activa para la campiña.
Y no crean que las bajas temperaturas nos abandonarán, porque anuncian similares mínimas hasta el sábado, día en el que según la Aemet comenzarán a subir y a recuperarse. Las máximas del día estarán entre los 13 y 14 grados hasta el viernes y comenzarán a subir al final de la semana.
Sensaciones “heladoras”
Desde eltiemposevilla.es explican esta ola de frío de una forma bastante clara. Aseguran que estas jornadas serán bastante frías y desapacibles con sensaciones térmicas “heladoras” debido, en primer lugar, “a la baja humedad de la masa de aire y, por otro lado, al flujo de aire frío, seco y estable continental del Nordeste”.
A esta situación se suma la “supremacía de las altas presiones”, que generan un “bloqueo temporal” y que favorecen la entrada de masas de aire frío, continúan.
Pero el viento también juega su papel en esta ola de frío. Y ponen un ejemplo: con temperatura absoluta o real de 5ºC, si sopla de modo constante el viento a unos 30 kilómetros por hora, la temperatura de sensación (sensación térmica por enfriamiento de las superficies o cuerpos) sería de unos -5ºC aproximadamente.
Y como éramos pocos, también influye la humedad de la masa de aire: “por definición, a temperaturas bajas, a menor humedad relativa de la masa de aire, mayor sensación de frío se tiene, un frío que corta se dice”, explican gráficamente. Y como encima estamos “bajo la supremacía de las altas presiones”, seguiremos sintiendo en las masas de aire más frías, secas y estables procedentes de latitudes más altas.
Las predicciones sí que indican que estaremos ante unos cielos totalmente despejados, sin riesgo de brumas o de bancos de niebla. Por supuesto que eso implica que la ola de frío no traerá posibilidad alguna de nieve, de modo que Sevilla seguirá caminando hasta cumplir sus 61 años sin nieve en la ciudad, aunque todavía puede entrar, antes del 2 de febrero en el que se cumplirá esa efemérides, una ola de frío que sí se traduzca en manto blanco.
Un centenar de plazas más para los sin techo
Sevilla tiene activa desde el pasado 24 de noviembre su campaña de atención para las personas sin techo, que se intensifica cuando las autoridades alertan de situaciones extremas, como está ocurriendo en estos días.
Así, la campaña pone a disposición de estas personas más de un centenar de plazas en el Centro de Acogida Municipal, el Miguel de Mañana y el de Virgen de los Reyes, mientras que durante el periodo en el que esté activo el aviso meteorológico emitido por la Aemet el Cecop incrementa en 15 las plazas.
A pesar de este dispositivo, la campaña especial no pudo evitar que la tarde-noche del 24 de diciembre, como informa Cáritas, Manuel, un sin techo atendido dentro de su proyecto Lázaro, falleciera refugiado entre cartones y bajo una manta en el Porvenir.
