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“Todos estamos llamados a ser filósofos”

Profesor de Dramaturgia y Filosofía en la Escuela de Arte Dramático de Madrid, autor del trabajo Revolución conservadora y conservación revolucionaria. Política y Memoria en Walter Benjamin, Juan Mayorga, madrileño de 1965, es un filósofo que con La lengua en pedazos viene a proponernos una experien

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  • Juan Mayorga. -

 No es nada nuevo: poesía y filosofía son hermanas siameses, son las dos caras del mismo euro que pretende comprar el misterio de nuestro origen, de nuestros sentimientos, de nuestro destino, así que he aquí este filósofo dramaturgo que dirige sobre las tablas de nuestro "Olivares Veas" esta semblanza libre de Teresa de Jesús, una santa marcada estrechamente por los guardianes de la ortodoxia religiosa.


El acto es este sábado, veintidós, en el teatro Olivares Veas, que con esta obra da inicio a una serie de representaciones a cargo del Programa estatal de Artes Escénicas, del Ministerio de Cultura. La lengua en pedazos está protagonizada por los actores Clara Sanchís y Daniel Albadalejo. Teresa y el Inquisidor frente a frente, en la cocina del convento, entre pucheros, con Dios como testigo, entablan una disputa entre la ortodoxia y el verso suelto, entre la cerrazón y la libertad.
La lengua en pedazos es Premio Nacional de Literatura Dramática en 2013 y es un canto a la palabra en libertad, a la conciencia por encima de correcciones políticas. Hemos hablado con Juan Mayorga de todo ello:
 
—De la mano de la Programación Platea, del Ministerio de Cultura, nos trae al teatro Olivares Veas su obra La lengua en pedazos, protagonizada por Clara Sanchís y Daniel Albadalejo. Santa Teresa, que de ella trata, era monja, luego mujer, de grandes obras y de grandes éxtasis. ¿Por qué chocó con la Inquisición?
—La obra desarrolla una situación ficticia en que Teresa es interrogada por un Inquisidor en la cocina del convento de San José, su primera fundación. En realidad, Teresa nunca vivió una situación semejante, si bien se sabe que sus escritos y acciones fueron observadas como sospechosas por el Santo Oficio. Lo cual no debe extrañar a nadie, puesto que el primer enemigo de éste era la libertad, y Teresa era, ante todo, un espíritu libre.


—Dice usted, con Edmond Jabès, que la singularidad es subversiva. Quizás por eso al Poder, al Poder de todos los tiempos, le interesa aborregar a la gente. ¿Santa Teresa era una oveja suelta?
—Teresa es una mujer valiente que en un mundo de hombres supo crearse un espacio propio y un lenguaje propio. El poder siempre quiere controlar al individuo, y en particular aspira a colonizar su lenguaje para, a través de éste, dominar su vida. La palabra de Teresa, tan personal, tan anómala, es una victoria contra un orden orientado a la vigilancia y al castigo.
—¿Qué métodos adoptan ahora las modernas Inquisiciones para romper las lenguas en pedazos?
—Las inquisiciones más poderosas hoy son las más sutiles, aquellas que no advertimos y que están dentro de nosotros. Nos hacen utilizar palabras que no son nuestras haciéndonos creer que las hemos creado nosotros.


—Santa Teresa tuvo una infancia y primera juventud dada a la molicie. Lo cuenta ella misma. Por cierto, qué gran escritora era, ¿no le parece?
—Su palabra fue lo primero que me sobresaltó. En buena medida, este proyecto teatral nació del deseo de compartir con los espectadores ese sobresalto. Que la palabra de Teresa asalte al espectador, ése es uno de nuestros objetivos.


—En una sociedad con prisa, con tanto ruido y tanta furia, donde el silencio es un bien escaso, ¿dónde piensa el filósofo? ¿Qué piensan los filósofos de ahora?
—Todos estamos llamados a ser filósofos, esto es, a interrogarnos sobre lo que somos y sobre lo que queremos ser, sobre cómo nos relacionamos con otros, sobre cómo podemos hacer sociedad. Y, desde luego, a interrogarnos sobre las palabras que usamos y cómo las usamos. En realidad, la filosofía es ante todo una reflexión inagotable sobre un puñado de palabras, siempre las mismas desde Grecia: justicia, bien, amor, belleza… La prisa, el ruido y la furia que nos rodean hace esa reflexión más urgente e importante que nunca.


—Su obra trata del combate entre la ortodoxia y el pensamiento libre, entre el "esto es lo que hay" y el "yo pienso que…" ¿Tiene algo que ver Santa Teresa de Jesús con la Antígona de Sófocles?
—Desde luego, la referencia del personaje de Sófocles fue muy importante para mí en la construcción del texto. En efecto, Teresa tiene algo de Antígona, así como el Inquisidor tiene algo de Creonte.  Pero finalmente no estamos ante una tragedia. En La lengua en pedazos, la muerte siempre amenaza, pero no logra imponerse.


—Háblenos, por favor, de los actores que representan a la santa y al inquisidor.
—Clara Sanchís y Daniel Albaladejo son dos pura sangre. Consiguen que la función sea un gran duelo en que cada gesto es valioso y cada palabra es honda. Como autor y director, yo estaré siempre en deuda con ellos, porque hacen que La lengua en pedazos sea para el espectador una intensa experiencia poética.

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