La Bruixa d'Or Manresa rompió su mala racha de resultados y se impuso por 84-74 al UCAM Murcia, que no pudo rematar una remontada de 12 puntos.
El elixir de los catalanes fue Markus Eriksson, quien junto al solvente Darryl Monroe dio a su equipo una victoria clave contra un rival directo y después de cuatro derrotas consecutivas.
El alto porcentaje de acierto (78% en tiros de 2 y 60 en triples) dio al Manresa el dominio absoluto en el primer cuarto.
Los catalanes empezaron fuertes. Giannopoulos clavaba un triple y daba la primera ventaja significativa a La Bruixa d'Or (12-6, min. 5). Monroe fue vital para dar solidez a su equipo (24-20, min. 10).
Los tiros libres permitían al Manresa ampliar la ventaja (35-25, min. 15). San Miguel y Romdhame la metían de 3 y reducían diferencias (39-36, min. 17), pero todo se quedó en un espejismo.
Los catalanes se mantenían un nivel por encima del Murcia y Arco, con dos triples consecutivos, daba un golpe de autoridad para cerrar el cuarto (48-38, min. 20).
A la vuelta, una canasta de Monroe daba la máxima ventaja al Manresa (50-32, min. 21). Y cuando menos se lo podía esperar Borja Comenge, a La Bruixa d'Or le dio la pájara, y de qué manera.
Un parcial de 0-13, con triples de Davis, Grimau y Romdhame incluidos, daba la vuelta al partido (52-53, min. 24). El UCAM había conseguido equilibrar la situación (63-61, min. 30), ahora no podía descuidarse si quería ganar por primera vez en el Nou Congost.
Las fuerzas en las filas catalanas empezaban a flaquear hasta que Eriksson se encargó de inyectar una buena dosis de energía con un triple balsámico (73-71, min. 37).
La Bruixa d'Or se apuntaba ahora un parcial de 9-0, que obligaba a Óscar Quintana a pedir tiempo muerto. Un triple de Wood daba esperanza (79-74, min. 38), pero el Murcia ya no supo que más hacer y el Manresa ganó con una ventaja de 10 puntos, que podrían ser importantes a final de temporada (84-74, min. 40).