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Jaén

Las premoniciones otoñales del alcalde Fernández de Moya

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Octubre, octubre... Da lo mismo que el verano se resista cuando las tardes se acortan irremisiblemente y las hojas caducas empiezan a reponer mantos áureos en la espesura del monte. Vanidades y petulancias, preeminencias y jactancias, que el otoño funde con el olvido. Los misterios del rosario son cosa de octubre, como la mecha prendida de la crispación que desencadena revoluciones y precipita la caída de tigres de papel que se sostuvieron merced al azar de la casualidad y al cruel instinto de supervivencia del entronizado.  A todos, más tarde o más temprano, nos llegará octubre. Como a Griñán en el Parlamento andaluz, donde su permanencia resulta ya molesta a la nueva dirigencia. O el octubre deZoido, que prefiere limitarse a ser alcalde de Sevilla en lugar de meterse en el berenjenal de encabezar la alternativa popular a Susana Díaz.
Precisamente por ello, mañana, en la Interparlamentaria regional que celebrarán los populares en Jaén, la secretaria general, María Dolores de Cospedal, la liquidadora del influjo Bárcenas en las opulentas cuentas del PP, procurará poner los puntos sobre las íes en el tempo –aconsejablemente rápido- del proceso de elección del candidato a la presidencia de la Junta -¿Cañete? ¿Báñez? ¿Crespo? ¿Sanz? ¿Nieto? ¿Bendodo?- antes de que termine este otoño. El mismo plazo que se marca la gente de Susana para aupar a su lideresa, en congreso extraordinario, a la secretaría del PSOE-A.  El otoño, para cerrar etapas, transiciones, provisionalidades. Es ese octubre que ensoñara Juan Ramón Jiménez, ése que, al blando movimiento del sur, en la caída clara de sus hojas,se lleva al infinito el pensamiento…
Pienso que el declive, la decadencia, del exalcalde Sánchez de Alcázar comenzó cuando se destaparon entre sus concejales intereses urbanísticos, hasta entonces ocultos  y, sobre todo, el día en que los actores de la trama más iracundos pasaron de los gestos a los hechos, de las advertencias a las manos. Al jefe de filas del PP de Jaén y regidor de la capital, José Enrique Fernández de Moya, le han dado la feria de San Lucas con sentido de antelación al publicarse en El País los sobresueldos que la cúpula de San Clemente venía percibiendo desde 1999, emulando a sus mayores de la madrileña sede central de Génova. Un inesperado revés  para el puritano fustigador de las inmoralidades sociatas en la provincia. Doble sobre. Doble pena. Pena negra. Pena, penita, pena. Y negra como el tizón, pero con su correspondiente retención, vía IRPF.

Cobraron todos -desde parlamentarios hasta diputados provinciales, de concejales capitalinos a cargos orgánicos-, durante años, religiosamente cada mes, mediante talones de Unicaja. Una pequeña recompensa a la abnegación, solo al alcance de los más sacrificados de la dirección.
Las paredes hablan en el viejo cascarón consistorial de Santa María. Hoy, la tensión reinantese apodera de los más templados y cuentan que, en una reciente reunión del equipo de Gobierno, en un aparte en el pasillo de alcaldía, saltaron chispas entre dos miembros, hombre y mujer. Compleja suerte la de gestionar las miserias de un ayuntamiento en bancarrota. Pleno del viernes. Consolidadas horas extras y productividad de policías locales y bomberos como complemento específico.Nuevo plan de pago a proveedores valorado en 36 millones de euros, casi la mitad para FCC, concesionaria del servicio de basura y limpieza viaria. El Ejecutivo De Moya baraja la posibilidad de dejar los domingos sin recogida al objeto de ahorrar 600.000 euros anuales. Nada tan indicativo y simbólico de una crisis instalada en la cotidianeidad que principiar la semana oliendo a inmundicia.


A cambio de tamañas restricciones, entre otros fines propagandísticos, la renovación tecnológica de la televisión municipal, Onda Jaén, podría concretarse a través de contrato de compra con El Corte Inglés de 250.000 euros, en una primera fase. ¿Quién osó profetizar que José Enrique la terminaría cerrando? Octubre, octubre… Ante el otoño premonitorio del gobernante que, bisbisean, tuvo la tentación de quitarse de en medio en Madrid como actor secundario del Gobierno Rajoy, siempre cabrá un mundo a medida, producto de la edulcorada fe del guionista que repetirá, en bucle, una y otra vez: ¡Jaén, a pesar de socialistas y comunistas, va bien!

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