Los médicos forenses que practicaron la autopsia al cadáver del hombre de 66 años que fue hallado muerto en 2008 en su vivienda de la localidad sevillana de Alcalá de Guadaíra han concluido que fue "degollado" por la espalda por otra persona, pues las características de la herida, de unos 20 centímetros de longitud y que abarcaba de la nunca a la parte anterior del cuello, "es típica de un agresor ubicado a la espalda de la víctima y diestro".
Fuentes del caso han informado a Europa Press de que, durante la segunda sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Audiencia Provincial de Sevilla, los dos médicos forenses que practicaron la autopsia han señalado que, inicialmente, plantearon la posibilidad de que el "degüello" fuera "homicida o suicida", pero han precisado que los datos obtenidos les hicieron concluir que fue "homicida".
En este sentido, los forenses han restado credibilidad a la versión del acusado, Álvaro L.O., para quien la Fiscalía pide 16 años y siete meses de cárcel y que defendió en su declaración que la víctima se cortó en el cuello de manera accidental con un cuchillo jamonero durante un forcejeo entre ambos, que estaban de frente, después de que el fallecido se negara a prestarle 50 euros.
A juicio de los forenses, la versión del acusado "no es compatible" con los datos obtenidos en la autopsia, ya que "contradice cómo son las lesiones", pues "se trata de una herida hecha en dos tiempos, y no en un forcejeo".
Los forenses también descartaron que se tratara de un "degüello suicida" al no hallarse el cuchillo junto a la víctima, lo que "va más a favor de la etiología homicida", pues el fallecido "no se movió" del lugar de los hechos tras producirse éstos, punto en el que han indicado que, junto al cuerpo, se halló una servilleta con sangre de la víctima.
"Esta servilleta se podría haber usado para limpiar el arma blanca", han añadido, señalando que el presunto agresor "pudo hacerlo para hacer desaparecer indicios y evidencias que lo incriminaban".
LA HERIDA, "SUSCEPTIBLE DE TRATAMIENTO URGENTE"
Han añadido que la herida sufrida "era susceptible de tratamiento urgente, ya que afectaba a una vena y no a una arteria". Sobre este particular, hay que recordar que el acusado dijo en su declaración que, tras resultar herido, observó que la víctima estaba de pie, por lo que pensó que la herida "no era mortal" y abandonó la vivienda sin prestarle asistencia.
Los forenses han indicado que el fallecido "no presentaba signos de defensa", lo cual significa que, "o bien no vio el arma, o bien no vio al agresor", mientras que la casa donde se produjo la muerte "estaba perfectamente ordenada" a excepción de una habitación donde había cajones abiertos, lo que "indica que el agresor conocía la vivienda y sabía dónde podía haber determinadas cosas y dónde no".
Está previsto que el juicio concluya este miércoles con la exposición de los informes finales por cada de una de las partes, tras lo que, ya la semana que viene, la magistrada presidente del juicio entregará el objeto del veredicto al jurado, que se retirará a deliberar.
El fiscal pide para el procesado 16 años de prisión por un delito de asesinato y otros siete meses de cárcel por un delito de hurto, así como el pago de una indemnización de 77.542,54 euros a su exesposa, de que la que se encontraba separado de hecho desde hacía 12 años, y de 8.615,84 euros a cada uno de los cuatro hijos del matrimonio.