La situación deportiva del Racing Portuense sigue sobreviviendo a pesar de su presente y de su preocupante futuro. Está por encima de todo y de todos. Dos portuenses y dos canteranos, marcaron el camino de la victoria como queriendo dibujar un guiño a lo que parece será el sino hasta el final liguero.
Dos goles y tres puntos que acercan más si cabe la ansiada permanencia.
Éstos serán los que tengan que tomar el timón de una nave que a pesar de los pesares, continúa salvándose gracias al trabajo y al pundonor de los deportistas. Nada más.
Hasta ocho portuenses se dieron cita en el once titular. Llama la atención que cada vez que son mayoría, el equipo no pierde la cara al partido.
Las bajas se vienen produciendo en un vestuario que ha tomado el tocata y fuga ante las escasas garantías y las perspectivas mínimas de cobro. Tras la marcha de Diego Galiano, el penúltimo ha sido Sergio Beato, que se incorpora al Chipiona este martes.
En lo deportivo, el equipo salió enchufado y dispuesto a centrarse en su trabajo. Serio y con hasta tres novedades en el once inicial, pronto comenzaron a crear serios problemas a la zaga sevillana. Rober, muy activo y determinante durante todo el encuentro, fue una pesadilla para los hispalenses. El primer lanzamiento tuvo su firma.
Sorprendió positivamente la participación inicio de Jesús Zarzuela, que respondió y se ajustó a la zona ancha con Silveira y Manzano.
A la media hora, Rafi Cruz se quedaba solo ante el portero en una peligrosa contra, pero el árbitro cordobés anuló la jugada por presunto fuera de juego.
La respuesta local hizo trabajar a Ismael, y que gracias ala colaboración de la madera, evitó el 1-0.
Tras el descanso, otra vez Rafi Cruz lo intentaba desde lejos. La superioridad rojiblanca se hacía más patente.
Los locales no lo veían claro y tras el doble cambio sevillista, Jesuli abrió la lata a pase de Raúl Silveira, que acomodó el balón para que éste peinara y marcara el primero. Cinco minutos antes, Manzano, de falta, lanzaba un balón al travesaño.
Con el Racing volcado, llegó el segundo en el tiempo de descuento. Alberto mataba un partido y un triunfo merecido.
