Ya hace años que conocemos a la cantaora bollullera, Elena de Carmen, de cuando se movía en el difícil mundo del flamenco llevada de la mano del cantaor bollullero Ildefonso Pinto Benjumea, primera Lámpara minera de Huelva y provincia, juntamente con sus otros alumnos, Guillermo Cano, Alvaro Díaz etc... Elena ha tenido un periplo más que aceptable dentro del flamenco, compartiéndolo con sus estudios en el conservatorio profesional Cristóbal de Morales de Sevilla, donde va por el quinto curso de grado medio de cante flamenco.
Para Elena de Carmen el flamenco lo es todo, y como bien subraya “yo nunca dejaré de cantar flamenco”. Ahora está en la copla, y confiesa que “estoy con muchas ganas y vengo a la copla para darlo todo” y matiza “ quiero corresponder a la confianza que he despertado en el público y no quiero defraudarlo, sobre todo en mi pueblo y a todos los que me votan”. Para Elena la copla es distinta al flamenco, aunque en esta faceta hay canciones flamencas “y otras son más líricas, no es lo mismo colocar la voz para cantar coplas que para el flamenco, porque la copla es más lírica, aunque a veces también es muy flamenca”.
Confiesa que “tengo que aprovechar las clases al máximo, trabajar el día a día, porque las clases son cortitas, de poco tiempo, tenemos que llevarlo todo muy trabajado de casa para luego corregirme los detalles en las clases” y continua “también interpretación y sacar hacia fuera mi coreografía” La cantaora señala que “ para mi es más difícil al principio la copla, porque vengo del flamenco y a veces actúo sentada, y a veces con los ojos cerrados, y en la copla es todo lo contrario”. Elena de Carmen afirma “hombre no me tengo que dormir en los laureles, no confiarme, es un defecto que tengo que corregir, tengo que echar hacia fuera para trasmitir todo lo que llevo dentro”.
