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¿Aborregados?: Todos a ‘veeeeeerla’

La exposición escultórica ‘Pantomima: El hombre borrego’ se abre al público hasta el 31 de julio en San Miguel.

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  • Una de las bellas esculturas en piel que estos días se puede admirar en San Miguel. -

¿Quién ha sentenciado que la piel animal es exclusiva de los bolsos, de las prendas de vestir, del calzado, de una simple cartera o un suntuoso maletín? Con la piel se puede hacer arte, además arte reflexivo y ecológico. Ello es fácil de comprobar en la exposición Pantomima, El hombre borrego, del artista malagueño Pedro Hernández.


Su propuesta creativa se basa en figuras humanas y de animal, en cuerpos escultóricos a partir de la piel, concretamente de la aldaba, relativamente fácil de moldear en estado húmedo y sobre una superficie rígida que, por normal general, suele ser la escayola para este artesano de la imaginación.
La sugerente muestra se puede  visitar hasta el 31 de este mes en el salón cultural San Miguel, que estos días ofrece un aspecto atípico, sin cuadros colgados de sus paredes, y con un color marrón que inunda todos sus espacios. Según el crítico malagueño que ilustró un bello tríptico sobre el escultor y su trabajo, “Nos hemos transformado en seres pasivos. Aceptamos plenamente la sumisión y la servidumbre contaminados por el virus del temor, adocenados en el rebaño y en la cotidianeidad. Con frecuencia, la obediencia incondicional, el acatamiento bovino y la servidumbre ciega nos han resultado útiles para no complicarnos la vida ni asumir responsabilidades. Pero todo tiene su límite y un grito espeluznante y valeroso recorre el país materializando el consejo de los intelectuales contra los abusos del capital: ¡indignaos!

Pedro Hernández también denuncia la estandarización de nuestro mundo y la mercantilización a la que estamos sometidos. Su Pantomima representa la propensión al uso de la máscara, el descubrimiento del vacío y la ausencia de rostro y de compromiso por parte del ser humano. Apoyándose en el uso eléctrico de algunas citas, actualiza otras interrogantes básicas y se cuestiona: ¿Acaso existe un juicio que garantice la justicia distributiva? ¿Tenemos una personalidad permanente o sólo somos una sucesión de disfraces, a veces superpuestos? El artista ha evolucionado desde el virtuosismo con el cuero, material al que durante años ha aplicado todas las técnicas tradicionales en todo tipo de trabajos de un sobresaliente resultado, hacia la presentación de esta brillante y oportuna exposición basada fundamentalmente en la técnica del moldeado y en la construcción de figuras y grupos escultóricos que, sin renunciar a los nuevos axiomas de belleza, la invocan; enmarcándose sus híbridos en una de las tradiciones estéticas más singulares del arte español, la del Esperpento”.

Y así resulta, porque la exposición de Pedro Fernández recuerda la belleza interior del hombre como ser humano, su aleccionamiento y su lado más patético. Hay que ir a “veeeeerla”.

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