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El jardín de Bomarzo

Se acabó la diversión

Da la impresión de que los políticos de hoy en día no saben hacer a la vez esas dos cosas que requiere el momento: austeridad y gestión o, lo que es lo mismo, gestionar la austeridad

Tengo la sensación de que la inmensa mayoría de los políticos de hoy, y no digo todos porque generalizar nunca fue lo mío, no saben hacer a la vez esas dos cosas que requiere el momento: austeridad y gestión o, lo que es lo mismo, gestionar la austeridad. Pueden hacer lo primero recortando gastos que de un modo u otro afectan siempre al bolsillo del contribuyente, o pueden gestionar tirando sin pudor de presupuesto público, pero no parecen que estén preparados para ambas cosas a la vez gestionando miseria tal cual hacen hoy miles de empresarios que en su vértigo diario están habituados a con el mínimo gasto producir el máximo beneficio para poder subsistir y eso agudiza el ingenio. En cambio al político se le ha permitido casi todo, gastar sin control por encima de presupuestos y asumir deudas infames con proveedores, incrementado déficit y todo sostenido por un sistema financiero basado en el ladrillo que hoy, roto, ha dado al traste con lo demás y es de nuevo el ciudadano el que debe acudir al rescate apretándose un par de agujeritos más su cinturón para salvar al sistema financiero, ése que nunca nos perdonó una letra devuelta, y evitar el famoso y temido corralito, que ya sería el colmo.

Montoro decreta. Asumida como está la idea de que la crisis de hoy es de modelo y que hay que cambiarlo y que dos de sus patas fundamentales están en el desastroso modelo de gestión pública, por un lado, y en la falta de liquidad de entidades bancarias por, en muchos casos, malas inversiones, llega Montoro y con su real decreto de pago a proveedores manda a parar, como hiciera aquel joven comandante. 35.000 millones de euros para ayuntamientos y comunidades autónomas para que paguen sus deudas y pongan el contador a cero, todo ello a través de planes de viabilidad que de un lado garanticen la devolución del préstamo, que al seis por ciento es un dineral para los bancos en intereses, y de otro y a través de la ley de morosidad hagan frente al gasto corriente. Es decir, a partir del próximo mes deben pagar el préstamo que zanja toda la deuda antigua y deben pagar su gasto corriente, todo ello en el peor momento económico de la historia reciente donde no hay ingresos por venta de patrimonio, no hay ingresos por licencias urbanísticas y se ingresa menos impuestos que nunca ante la alta tasa de desempleo y la escasez económica en general. ¿De dónde? ¿Me lo podría alguien explicar como si yo, que debo serlo, fuese tonto? ¿De cuando salgan tomates de los brotes verdes, tal vez?


El plan de viabilidad debería ser una hoja de ruta distinta ante el cambio de modelo en la gestión pública, pero no lo es. Son, en muchos casos, papeles donde se fantasea con previsiones que a día de hoy son meras hipótesis porque, entre otras cosas, quién sabe cómo va a quedar este patio en dos años. Nadie.


Hay que cuestionarse servicios básicos que el ciudadano paga cada día más caros y recibe cada día peor porque el ingreso de su cuota se dedica en buena medida a capítulo uno, que es la nómina de la administración pública. La Junta tiene 239.399 empleados, más otros 22.000 en empresas públicas e igual hasta el último de ellos es necesario, o no. De los ayuntamientos ni hablemos y no es que proponga el despido pero sí el hecho de que la administración debe obligatoriamente plantearse una optimización de los servicios que presta, de todos, municipalizando donde corresponda, revisando contratos con subcontratas en precios y prestación donde sea posible y eliminando todo aquello que no sean servicios esenciales. Y solo dedicarse a prestar servicio al ciudadano que es para lo que está y no para tener una ganadería, una red de hoteles, fundaciones que para nada sirven o una tele, sea allí, allá o acá. Solo servicios públicos fundamentales como sanidad, educación, asistencia, transporte público, activación de empleo, limpieza…


Jerez tiene 2.500 empleados en el Ayuntamiento más, aproximadamente, 800 indirectos en subcontratas. 3.300 empleados. Igual hasta el último es necesario, o no. Pero me llama la atención que todos los servicios básicos estén en manos de contratas privadas porque de los 2.500 y salvo Policía Local y Onda Jerez el resto son personal de administración, imagino. El caso de Jerez es como el de otras muchas localidades, plantillas que por la bonanza económica y el contubernio político se han incrementado sin mesura al tiempo que se la despojaba del trabajo sucio porque para eso se contrataban a empresas externas, y de eso no tienen culpa para nada los que hoy allí trabajan. Pero hoy esto es, sencillamente, insostenible, y el decreto de Montoro adjuntado a un plan de viabilidad invita a pensar en un cambio de modelo y no en seguir haciendo lo mismo para tener idéntico problema pasados unos meses. Toca hacer más con menos, preservando lo bueno del modelo social, eliminando lo malo, que lo hay, la barra libre, que la hay, la economía sumergida, que la hay, y el cachondeo público, que Dios sabe que lo hay, o no saldremos.


Y quede claro que no hay fórmulas mágicas, la Junta ya hemos visto que ha tocado salarios e impuestos, como todos. Y ha eliminado el cincuenta por ciento de los coches oficiales, ¿por qué no el noventa? Sigo sin ver movimientos reales y sinceros que corten de verdad el enorme gasto que este país soporta con el mantenimiento de su sistema público, solo veo reformas laborales, subidas de impuestos variadas, copagos y demás historias que solo afectan al contribuyente, al que se está apretando tanto que un día explotará. Como esa señora y su “yo mato” a Montoro por lo sucedido en Bankia. Cuidado.


El decreto a proveedores significa una inyección económica enorme al sistema financiero porque los bancos, al margen de intereses, ingresarán efectivo a costa de la deuda que el sector empresarial ha ido acumulando durante estos años, mientras que otros aprovecharán ese efectivo para sacar de cajones los Eres preparados solo pendientes de hallar patrocinio. Triste pero cierto. Pero el decreto está bien, muy bien de hecho si la administración pública entendiera su significado final y supiera a partir de ahora gestionar la austeridad, que nunca ha sabido. Hacer más con menos, como hacen todos esos empresarios que sobreviven no se sabe cómo porque todo esto es un solar, no hay bancos, no hay negocio, no hay vida ni se la espera.
Imagino que quien controla el botón del apriete está midiendo cuando soltar, no sé si es el BCE o Merkel en confabulación con la agencia de calificación de riesgos o con el santo Job. Pero que no se demore, porque…

La revolución.Aquí pensaban seguir, ganando el ciento por ciento, con casas de apartamentos y echar al pueblo a sufrir. Y seguir de modo cruel, contra el pueblo conspirando, para seguirlo explotando… y en esto llegó Fidel. Se acabó la diversión, llegó el comandante y mandó a parar…”. Tal vez sea por esa señora y su “yo mato” pero hoy llevo todo el día canturreando este viejo tema.

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