En entrevista concedida a Efe días antes de su tercera boda, con Alfonso Díez, la duquesa asegura que todo lo que ha relatado en este volumen de casi trescientas páginas "es la realidad" y que si ha dejado de contar algunas cosas no ha sido por ocultarlas, sino por simple olvido, algo que podrá reparar en futuras ediciones, ampliándolas con más recuerdos y vivencias.
Apadrinada por el Rey Alfonso XIII, la aristócrata que acumula más títulos nobiliarios, a sus 85 años demuestra ganas de vivir con su tercer matrimonio y con las últimas palabras de estas memorias: "Mantener la cabeza alta y la posición firme será más fácil porque a mi lado estará otra vez un hombre bueno y cariñoso, un compañero".
Desde su enamoramiento adolescente del torero Pepe Luis Vázquez, a sus "tonteos" -así los denomina ella- con algún actor durante el rodaje de la película "El Cid", desde su predilección por Sevilla hasta su devoción por el Palacio de Liria de Madrid, a cuya reconstrucción tras los daños sufridos en la Guerra Civil dedicó años, Cayetana ha repasado toda su vida, desde sus estudios en internados europeos a la educación de sus hijos.
También evoca en qué circunstancias frecuentó a Isabel II y a Winston Churchill, cómo conoció a artistas como Gary Cooper, Esther Williams, Bing Crosby, James Stewart, Walt Disney, Charlie Chaplin, Marilyn Monroe y Marlene Dietrich, y cómo fue anfitriona de Gracia de Mónaco y Jackie Kennedy.
Todo contado con un lenguaje sencillo y directo, como el de una conversación poblada de recuerdos y con frases del castizo desparpajo que la han caracterizado tantas veces, como cuando proclama su lealtad monárquica: "Yo me mato por el Rey Juan Carlos", o avisa a sus herederos que de ya ha elegido su epitafio: "Aquí yace Cayetana, que vivió como sintió".
Pregunta.- Su libro refleja lo importante que ha sido la familia para usted...
Respuesta.- Muy importante. Y mis matrimonios. Y España y la monarquía y nuestro rey, todo eso es muy importante para mí.
P.- También confiesa haber votado al PSOE.
R.- Sí, pero la monarquía es lo que me importa a mí. Felipe González es un hombre muy importante y muy amigo mío.
P.- ¿Es monárquica porque valora la fidelidad?
R.- No, es que tenemos la suerte de tener un rey fabuloso, y todas las monarquías en Europa van muy bien. La inglesa sobre todo, pase lo que pase. Eso es un sentimiento verdadero..., y no la quema de iglesias y la ciudad en llamas como yo vi de niña cuando me marché y vino la República.
P.- Dice que no ha podido hacer siempre lo que ha querido.
R.- Hombre, no. Nadie puede, yo creo.
P.- ¿Pero tampoco se arrepiente de cosas importantes?
R.- Yo, de muy pocas. Lo básico lo he conseguido, lo he realizado, lo he guardado.
P.- Se lo preguntaba por la negativa a Picasso cuando quiso retratarla como a la Maja Desnuda.
R.- Pero a mi marido no le gustó la idea.
P.- ¿No le guarda rencor a nadie?
R.- No especialmente.
P.- ¿Se siente querida?
R.- En este momento sí... (risas).
P.- ¿Por qué se identifica más con la gente llana que con la aristocracia?
R.- Entre los aristócratas hay de todo, como en todas partes, pero a mí me interesan mucho los artistas, los músicos, los políticos y la gente importante, sean del pueblo o de la aristocracia.
P.- ¿El matrimonio debe ser para siempre?
R.- Pues lógicamente hay que pensarlo antes, y hay que pensar en los hijos.
P.- ¿Y los hijos pensar en los padres?
R.- Claro. Pero los hijos lo pasan muy mal cuando se divorcian los padres.
P.- ¿Nunca es tarde para ser feliz?
R.- Para mí no.
P.- ¿Cuál ha sido el momento más desgraciado y el más feliz de su vida?
R.- El más desgraciado cuando murieron mi madre, más tarde mi padre y luego Jesús. Y el mejor, cuando me he casado y cuando tuve una hija, que por fin llegó después de cinco niños.
P.- En su libro se define como voluntariosa y peleona, pero ¿por qué cualidad le gustaría que la gente la recordara?
R.- Por la lealtad.
P.- Confiesa que le ha gustado coquetear siempre.
R.- Cuando era joven y entre medias de mis matrimonios, pero más bien coqueteaban ellos conmigo y, si me gustaba, yo seguía el coqueteo y, si no, lo cortaba. En ese terreno no me puedo quejar.
P.- Pero también advierte de que no ha sido para tanto como la gente cree.
R.- Desde luego que no (risas). No tan lejos como la gente cree, pero han existido muchos que se han fijado en mí, de todo tipo, aristócratas y no aristócratas.
P.- Habrá cosas que no ha contado en su libro.
R.- Puede ser, pero todo lo que he contado es la realidad, lo que no he contado quizás se me ha olvidado. Seguramente en la segunda edición añadiré cosas que se me han olvidado.