Dos pesos pesados del Gobierno británico, la titular de Interior, Theresa May, y el viceprimer ministro, Nick Clegg, detallaron nuevas medidas para evitar que se repitan disturbios como los ocurridos entre los días 6 y 10 de agosto, que causaron 2.100 detenidos, casi 1.700 de ellos en Londres, y más de mil procesados.
Mientras May se centró en los nuevos poderes y pautas que necesita la Policía para actuar con más dureza que en los primeros días de la violencia, Clegg habló de un “sistema de pago para los alborotadores”, que obligará a algunos procesados a dar la cara ante sus víctimas y reparar las calles destruidas vestidos de naranja.
Todo para que quienes saquearon tiendas o incendiaron edificios en Londres y otras ciudades inglesas entiendan que sus actos tuvieron “consecuencias humanas” y presenten a los perjudicados sus disculpas en persona, dijo el político liberaldemócrata.
En un tono más autoritario, la ministra de Interior señaló que la Policía necesita nuevos poderes para endurecer su respuesta a los altercados callejeros, siempre que actúe “dentro de la ley y con sentido común”.
Entre esas nuevas medidas estaría la posibilidad de que los agentes puedan imponer toques de queda en zonas específicas y a menores, cuando actualmente la ley lo limita a individuos de más de 16 años, y que puedan dispersar a concentrados durante los desórdenes públicos.
Más de una quinta parte de los detenidos en Londres son menores de edad, y hoy mismo un adolescente de 16 años acudió a un tribunal acusado del asesinato de un pensionista de 68 años fallecido a causa de una paliza durante los disturbios.
“Mientras sigamos tolerando el tipo de comportamiento antisocial que sucede todos los días en todo el país, seguiremos teniendo elevados índices de delitos, falta de respeto por la propiedad privada y desprecio por la comunidad”, indicó la ministra de Interior.
Su respuesta pasa por una Policía más presente en las calles y con claras pautas de comportamiento para hacer frente a los alborotadores, si bien se mostró en contra de métodos expeditivos como pelotas de goma, cañones de agua o porras.
La ministra de Interior no consideró en todo caso incompatible una mayor presencia policial en las calles con que se lleve a cabo una reducción estimada en el 20 por ciento de los presupuestos del cuerpo, dentro del plan de recorte de gastos públicos.