El problema no es que los aproximadamente 200.000 demandantes de empleo agrario que hay en España “no quieran trabajar”, sino que “están muy mal pagados en un trabajo muy duro”, según denunció el secretario de Política Social e Igualdad de la Federación de Industria y Trabajadores Agrarios de UGT, Jesús Acasuso.
La prueba de que quieren trabajar es que unos 14.500 se van a finales de agosto a la vendimia francesa, de los que unos 10.500 son andaluces.
En rueda de prensa para informar de la campaña de la vendimia francesa, Acasuso manifestó que acuden tantos trabajadores españoles porque en Francia las condiciones laborales y salariales son mejores que en España, donde la hora de media en el campo se paga a 6,30 euros frente a 9 euros en el país galo.
Además, los temporeros que se desplazan a Francia tienen el transporte y el alojamiento gratuito, una jornada de 35 horas e incrementos salariales a partir de ese número de horas, la paga proporcional de las vacaciones y ayudas familiares, entre otras ventajas. El salario mínimo en Francia es de 1.365 euros al mes y “eso es impensable en nuestra agricultura”, lamentó el dirigente de UGT.
En Andalucía la provincia de Jaén es la que más trabajadores aporta para la vendimia francesa, 3.450; seguida de Granada, 3.200; de Sevilla y Cádiz, 1.200 cada una, y de Córdoba, con 1.000.
