El primer varapalo para el político conservador llegó ya con los datos de participación en las consultas, celebradas entre el domingo y este lunes, que se situó en el 57 %, con lo que se superaba el quórum del 50 % establecido por la ley para que fueran vinculantes.
Y es que desde las filas del Gobierno, con Berlusconi a la cabeza, se había promovido la abstención para evitar la validez de unos referendos en los que se decidía sobre dos temas primordiales para el Ejecutivo y sus problemas con la justicia, como la vuelta a la energía nuclear y la inmunidad ante los tribunales.
El segundo golpe fue la aplastante victoria del sí a la derogación de las leyes sometidas a consulta, ya que más del 95 por ciento de los votantes se expresaron afirmativamente, según los datos facilitados por el Ministerio del Interior con más de la mitad de los votos escrutados.
Tras conocer los resultados adversos, Berlusconi, que ya había anticipado la derrota antes del cierre de los colegios electorales durante su encuentro con su homólogo israelí, Benjamín Netanyahu, subrayó que la voluntad de los ciudadanos "no puede ser ignorada".
El jefe del Ejecutivo agregó que la voluntad de los votantes en los temas consultados es "clara" y que el Gobierno y el Parlamento tendrán que "aceptar plenamente" el resultado de las consultas.
Desde las filas de la oposición se interpretó el referéndum como el "divorcio" entre el Gobierno y el país, según dijo el líder del Partido Demócrata (PD), Pierluigi Bersani, que exigió la dimisión de Il Cavaliere.
Un distanciamiento del que el centroizquierda ya había advertido hace dos semanas, cuando en las elecciones municipales celebradas en el país, el partido de Berlusconi, el Pueblo de la Libertad (PDL), encajó una dura derrota y perdió la alcaldía de Milán, uno de sus feudos tradicionales donde gobernaba desde hacía 20 años.
Bersani se dirigió en este sentido a la Liga Norte, socio en el Ejecutivo conservador, para que "reflexione" sobre si desea continuar adelante junto a Berlusconi.
La Liga Norte, que ya acusó al PDL de hacerle perder votos en los comicios municipales, volvió este lunes a echar en cara a Berlusconi los resultados adversos.
El ministro para la Simplificación Normativa y miembro de la Liga, Roberto Calderoli, expresó al respecto que su partido ha recibido "un segundo bofetón" con los referendos.
La crisis entre los dos socios gubernamentales parece cada vez más profunda, debido además a desacuerdos en el seno del Ejecutivo sobre el sistema fiscal, y son cada vez más las voces de este partido las que instan a un cambio de ruta, sin el cual amenazan con forzar una anticipación de las elecciones.
Una advertencia que cobra especial importancia ante la inminencia del nuevo test parlamentario al que se someterá el Gobierno de Silvio Berlusconi el próximo 22 de junio en la Cámara de Diputados para comprobar los apoyos con los que cuenta.
La de este lunes es la primera vez en los últimos 16 años que en Italia un referéndum de carácter abrogativo alcanza el quórum.
Además del "legítimo impedimento" y de la vuelta a la energía nuclear, los italianos también se pronunciaron y rechazaron en referendo la ley que abría las puertas a la privatización del agua y una parte de otra norma sobre tarifas del servicio hídrico.
En esta ocasión estaban llamados a votar casi 50 millones y medio de italianos, incluidos los 3.299.905 residentes en el extranjero, cuyos votos todavía no han sido contabilizados, aunque la validez de la consulta está garantizado con la participación registrada en Italia.