Hoy no es un día cualquiera en Alcalá. Por aquellos azares del calendario, es 22 de septiembre y se cumplen 67 años de uno de los más fatídicos días en la historia reciente de nuestro municipio. Era 1957 y, como hoy, se celebraba la feria de San Mateo. Como curiosidad, era también domingo. Lo sucedido aquel aciago día forma parte de la memoria colectiva de esta ciudad: el hundimiento de la plaza portátil habilitada para aquella novillada, la muerte de seis personas, los más de cien heridos de diferente consideración que dejó el terrible suceso…
Viene esto al caso solo como efeméride, aprovechando que en el día de ayer los toros volvían a Alcalá la Real. Y es que las corridas o novilladas no constituyen una presencia habitual en el municipio. Como muy bien recoge Ignacio Trillo en un excelente artículo, precisamente a propósito de la tragedia de 1957, en concreto no volvería a haber toros en Alcalá hasta cuarenta años después, en marzo de 1997. A partir de entonces, los festejos taurinos se sucederían con algo más de profusión, aunque sin llegar nunca a ser, ni mucho menos, estables (2015, 2017, etc).
Este 2024, por tanto, queda en los anales taurinos como uno de esos años excepcionales en los que, de nuevo, los toros han vuelto a Alcalá la Real, si bien, en esta ocasión, han venido rodeados de una inusitada polémica. La misma refleja, sin duda, el cambio de los tiempos. Es evidente que las redes sociales tienen hoy mucha más presencia que hace, por ejemplo, siete años, y ello ha favorecido la escenificación de un encendido debate entre los que están a favor de la tauromaquia, de que se celebren festejos como este en nuestra ciudad, y aquellos que la rechazan y abogan por su eliminación.
Este mismo viernes, sin ir más lejos, en la víspera del festejo, tenía lugar una concentración antitaurina convocada por Fuerza Animal que, aunque con una acogida muy discreta, marcaba un precedente inédito en Alcalá la Real. Tras la corrida, las redes volvían a incendiarse con opiniones, a veces muy apasionadas, a favor y en contra, mostrando una polarización en la población que antes, al menos, no era visible.
En cualquier caso, es evidente que, en lo que a toros se refiere, se marca un antes y un después en Alcalá, y parece que cualquier futuro evento de estas características que se organice en el municipio, vendrá también acompañado de polémica.
