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Acento andaluz

Maíllo y las periferias

Antonio Maíllo no lo tendrá fácil, pero lleva la mochila cargada de experiencia y sabiduría tras haber analizado al detalle los errores y aciertos del pasado...

Publicado: 20/05/2024 ·
09:11
· Actualizado: 20/05/2024 · 09:11
  • Antonio Maíllo. -
Autor

Fernando Pérez Monguió

Presentador de 'Acento Andaluz' en 7 Televisión y jefe de informativos de la Cadena SER Andalucía

Acento andaluz

Fernando Pérez Monguió analiza en este espacio la actualidad andaluza, con fibra progresista y corazón social

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Antonio Maíllo no lo tendrá fácil, pero lleva la mochila cargada de experiencia y sabiduría tras haber analizado al detalle los errores y aciertos del pasado. Como nuevo líder nacional de Izquierda Unida, tiene por delante la hercúlea tarea de poner orden y unidad en la izquierda a la izquierda del PSOE, enfrascada desde hace casi una década en luchas cainitas, más esmerada en fagocitar cualquier alianza que en armar una verdadera unidad en la que los personalismos mal entendidos nunca creyeron porque impusieron sus mayorías efímeras dinamitando cualquier posibilidad de alianzas duraderas más allá de los matrimonios de conveniencia electorales.

En este camino, el nuevo coordinador de IU nunca deberá perder la perspectiva de la capilaridad de su formación en el territorio. Esa estructura consolida a Izquierda Unida como una verdadera organización, independientemente de los resultados que otros satélites obtengan insuflados por la novelería del momento. Para entendernos, mirando al presente y al futuro, Sumar es una ministra como Yolanda Díaz y todos sus cargos gubernamentales. Eso será lo que será, pero no es un partido.

Consciente de ello, Maíllo hace bien en reclamar la necesidad de que IU no tire por el sumidero su papel histórico en la defensa de los valores de la izquierda y para ello debe priorizar las necesidades de la sociedad antes que el debate interno. Acierta también en su idea de trasladar al resto de España que hay otra sociedad más respetuosa y tolerante que la hiperventilada de Madrid que destila odio, y lo clava al reivindicar como andaluz que la periferia existe y que el centralismo político, económico y mediático olvida que hay muchas Españas y que España no acaba, por tanto, en la M40.

No verbaliza, pero seguro que tiene presente Maíllo un cuarto asidero sobre el que debe pivotar su acción política: a Yolanda Díaz debe hacerle ver que todas las periferias existen y no sólo unas pocas, visto el ninguneo de la vicepresidenta al nombrar portavoces de Sumar a los catalanes de Comuns, a los valencianos de Compromís y a los aragoneses de la Chunta Aragonesista, olvidando a los diputados andaluces que son los que más escaños aportan. Díaz tiene que escuchar a Maíllo porque le asiste la razón. Incluso, en clave de supervivencia, la vicepresidenta no debería perder de vista la relación histórica que el nuevo líder mantuvo con dirigentes poderosas con las que pactó o quiso pactar hasta que ellas rompieron la baraja y así les fue: ¿dónde están Susana Díaz, Teresa Rodríguez y Sira Rego? Lo que sí sabemos es donde está Maíllo. Izquierda Unida lo necesita y lo necesita la izquierda en su conjunto.

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