Según el fallo de la juez del Juzgado Central de lo Contencioso-Administrativo número 4 de la Audiencia Nacional, María del Mar Fernández Romo, al que ha tenido acceso EFE, las pruebas practicadas permiten afirmar “sin duda alguna” que la demandante, P.T.M., compró el décimo premiado y que lo destruyó “de forma involuntaria” antes del sorteo.
Su abogado, Vicente Amorós Torregrosa, ha relatado que su clienta compraba desde hacía años el mismo número de lotería a un pescatero ambulante que, a su vez, adquiría un gran cantidad de décimos en la administración número 1 de la vecina Santa Pola.
Ese pescatero, José Antonio Sempere Baeza, pasó a la historia en 2003 porque con su furgoneta repartió 660 décimos del número 24.625 entre pescadores y clientes del sur de la provincia de Alicante.