El ceremonial comenzó alrededor de las 11.00 horas y, tras la salida del cortejo del Ayuntamiento de Granada, comenzaron las tensiones e insultos entre una treintena de nacionalistas andaluces y una decena de ultras de derecha que se intenetaron acercar a los anteriores, y portando banderas preconstitucionales, si bien los agentes de la Policía Nacional lo impidieron.
El cruce de convocatorias de los últimos días a favor y en contra de la fiesta del 2 de enero provocó la denuncia ante Fiscalía por parte de la Oficina del Defensor del Ciudadano, pero no fue necesaria la identificación de los componentes de estos grupos.
La comitiva municipal, con una amplia representación del equipo de gobierno (PP), dos concejales socialistas y la ausencia de IU, que pidió la eliminación de la festividad, se dirigió desde el Ayuntamiento, en la granadina plaza del Carmen, acompañada por figurines ataviados con trajes de época de los últimos seis siglos, entre ellos un musulmán, hacia la Capilla Real.
En la catedral tuvo lugar la homilía del arzobispo de Granada, Javier Martínez, quien señaló que “la victoria que celebramos probablemente sea, de las conquistas de la humanidad, (...) una de las más exquisitas” comparadas con otras en las que “se pasaba a cuchillo” a los perdedores.
Después de la homilía, el concejal popular Eduardo Moral procedió a la tremolación en la Capilla Real del pendón réplica del confeccionado por Felipe II en 1619 sobre el modelo original con el que los Reyes Católicos entraron en la ciudad.
Mientras tanto, en la plaza del Carmen seguían lanzándose consignas como no eran moros, eran granaínos.
