"Il Gondolieri di Triana", interpretado por el actor Marcelo Casas, pertenece al Circuito COCU de la Diputación de Cádiz y la entrada es libre hasta completar el aforo.
"Il Gondolieri di Triana" es una comedia teatral de humor absurdo y surrealista en la que Luigi, el protagonista, nos narra los múltiples episodios de su azarosa vida.
Nació en Triana, a la edad de año y medio. Sobrino nieto del gran Luigi Candeli, pronto tuvo que emplearse para sacar adelante a toda su familia. Padre, madre, tío abuelo… quedaron a su cargo y la tierna infancia le enseñó que la vida puede ser un gran marrón.
Muchas fueron las andanzas que libró para salir a flote ¿a flote? Como una góndola que según el archivo histórico de protocolos notariales de Sevilla, fundó a la ribera del Guadalquivir, convirtiéndole en el primer y único Gondoliero di Triana.
Seductor como pocos, apuesto como ninguno y varonil como cualquier otro, pero sobre todo entusiasta comedor de marrones.
La Compañía de Teatro Marcelo Casas, nace en Sevilla hace ocho años de la mano de dicho actor. En la actualidad cuenta con tres espectáculos: Il Gondoliero Di Triana, El Marronero de Amores y Las Salidas Del Buscón, dirigidos por el también actor Cesáreo Estébanez.
La Compañía Marcelo Casas con el espectáculo Teatral: Il Gondoliero Di Triana ha cosechado múltiples éxitos, recorriendo el territorio nacional. Dando a conocer un tipo de espectáculo teatral y humorístico distinto a cuanto se ha visto hasta ahora, pues combina ciertas características que son propias de la cultura andaluza (vocabulario, cante, expresiones…) con otros rasgos humorísticos surrealistas, inteligentes y absurdos que nos recuerdan a autores como Miguel Mihura, Jardiel Poncela o Edgar Neville, apoyado con recursos gestuales, creando expresiones y descomponiendo su cuerpo en múltiples posturas haciendo que el público visione y se sumerja totalmente en su humor e historia.
La base fundamental de sus espectáculos es el humor verbal, creando con él, situaciones absurdas o equívocas. No menos relevante es la gesticulación de los personajes (encarnados siempre por el actor) que Marcelo Casas dosifica y utiliza para descargar la tensión de una situación seria y provocar la hilaridad del público.
