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Touraine reclama derechos para todos frente al "absurdo" multiculturalismo

El sociólogo francés Alain Touraine ha asegurado hoy que la defensa de una sociedad multicultural es "tan absurda como la de una monocultural y totalmente unificada" porque lo importante es ser "ciudadano con los mismos derechos y con culturas diferentes". Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925), que

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  • Alain Touraine, sociólogo francés que comparte junto a Zygmunt Bauman el Premio en la categoría de Comunicación y Humanidades.
 El sociólogo francés Alain Touraine ha asegurado hoy que la defensa de una sociedad multicultural es "tan absurda como la de una monocultural y totalmente unificada" porque lo importante es ser "ciudadano con los mismos derechos y con culturas diferentes".

Touraine (Hermanville-sur-Mer, 1925), que comparte junto a su homólogo polaco Zygmunt Bauman el Premio Príncipe de Asturias de Comunicación y Humanidades 2010, ha hecho estas declaraciones en una rueda de prensa celebrada hoy en Oviedo, donde este viernes recogerá el galardón de manos de don Felipe de Borbón.

En un castellano casi perfecto, Touraine ha asegurado que no cree que haya que pararse a pensar si Europa es más o menos tolerante ahora que antes, sino que hay que apostar por una sociedad que defienda de forma activa la universalidad de los derechos humanos.

De hecho, ha subrayado que, aunque una sociedad tolerante es mejor que una que no lo es, tampoco garantiza que sea una sociedad libre, democrática y respetuosa con los derechos humanos, que es lo que interesa.

A raíz de que la canciller alemana Ángela Merkel reconociese que el intento de crear en su país una sociedad multicultural no ha funcionado, este experto en sociología del trabajo y la conciencia laboral ha señalado que la idea era "absurda" porque lo que hay que hacer es "combinar elementos de universalismo con elementos de diversidad cultural, es decir, ser ciudadano con los mismos derechos y con culturas diferentes".

En este punto ha aclarado que es imposible que una sociedad funcione si se niega a una parte de la población los derechos de todos y como ejemplo ha señalado que ni en España, Francia o Estados Unidos se aceptaría una cultura en la que los derechos básicos de las mujeres fuesen negados.

En el caso del debate abierto en Francia sobre la posibilidad de que hubiese chicas que asistiesen a clase con velo, Touraine ha precisado que el problema no era el de si se respetaban o no unas costumbres musulmanas, sino que "debe haber las mismas reglas para todos".

En su opinión, al margen de que esas alumnas puedan llevar el velo en la calle, la escuela es un lugar para la ciudadanía que debe preservarse en defensa de una base común para todos.

Touraine también ha calificado de "escándalo" y de "contradicción abierta con los principios de la democracia francesa" la política de expulsión de gitanos rumanos emprendida por Nicolás Sarkozy.

"Si usted considera a alguien por su grupo étnico o físico, usted sale ya del mundo democrático", ha subrayado este defensor de los derechos sociales y de un nuevo movimiento social que haga frente a a una globalización que favorece la fragmentación de la sociedad y el individualismo.

En su opinión, solo hay una especie humana y que, aunque haya diferencias sociales y culturales obvias, no se puede decir que son más criminales unos pueblos que otros.

Touraine, que ha publicado una veintena de libros y que en la actualidad dirige la Escuela de Altos Estudios Sociales de París, también ha criticado la forma en la que ha reaccionado la sociedad francesa ante la reforma del sistema de pensiones, que estos días ha provocado movilizaciones y distintos actos violentos.

A su juicio, se trataba de una "oportunidad formidable de recrear una fuerza sindical y de reinventar un proceso político" que, sin embargo, no se va a producir porque la mayoría de la gente no piensa en términos de debate político, sino simplemente en si se aprueba o se rechaza una ley.

"El único problema es ver quién puede resistir más, pero sin debate", ha afirmado este sociólogo que considera que una vez más Francia está demostrando "su incapacidad y, en cierta manera, su oposición a cualquier tipo de proceso de negociación social".

Por último, ha advertido de que "las ideas, no nacen, viven y después van a un museo", sino que cambian y por eso lo que piensa hoy no es exactamente lo que pensaba ayer o lo que pensará mañana, "porque algunas cosas habrán cambiado".

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