—¿Cómo le ha ido sus tres últimas obras de teatro, Bodas de Sangre, Il Trovatore y La Barrosa Villa House?
—La verdad es que todas han sido un éxito absoluto. Estoy muy contento con el resultado obtenido. Tanto es así que las hemos podido representar en los institutos, ante los padres, en el Teatro Moderno, etc.
—Y en concreto la última representación, una obra propia ¿qué tal fueron las críticas?
—Las críticas fueron excelentes. Me quedo con una frase que me dijeron: “La obra de teatro es Chiclana en un microscopio”. También me comentaron que en la obra hay mucho de crítica, mucho humor... pero sobre todo, mucho de verdad. De hecho hay mucha gente que se siente identificada con la obra de teatro.
—¿Y cómo ha respondido el grupo de actores que diriges?
—Con ésta última obra el grupo ha subido un escalón. Creo que el grupo ha madurado. Llevamos ya tres años seguido con el grueso del grupo y eso se nota. Además, estamos de enhorabuena, porque tres alumnos han podido ingresar en la Escuela de Arte Dramático. Lo bueno es que todos los que se van a estudiar siguen vinculados al grupo. Así, cuando reponemos las obras, vuelven a estar con nosotros.
—¿Ha pensado en llevar la obra a otras localidades?
—Claro que sí. La Sala Central Lechera de Cádiz se ha interesado en la obra. El problema es que la programación está cerrada y hay que esperar al año que viene. También desde Cultura del Ayuntamiento de San Fernando se ha puesto en contacto con nosotros.
—Pero la obra es muy local ¿cómo va a salvar este aspecto?
—Aunque es local la gente lo entiende. Cuando los representamos hubo gente de Madrid y de fuera y la entendía perfectamente porque son cosas cotidianas y universales. Puede que algunas expresiones no se entiendan, pero no son relevantes para el hilo argumental.
—¿Qué proyectos hay pendientes?
—Queremos hacer una exposición conmemorando todo lo que hemos hecho, con cartelería, fotos, etc. Esto lo queremos hacer para que la gente conozca el trabajo que se hace en la Escuela. También de obras de teatro queremos preparar este año algo referente al 1812. Recrear aquellas tertulias gaditanas, aprovechando los actos del Bicentenario.
—¿Qué opinión tienes sobre el teatro actual?
—Sobre el teatro y sobre la cultura en general pienso lo mismo. La cultura no es vender melones, todo tiene que tener un sentido y un seguimiento. No se pueden hacer las cosas aisladas. Tu puedes ir al teatro o leer un libro y estás consumiendo cultura, pero también te estás enriqueciendo intelectualmente. Por eso es diferente consumir que enriquecerse.
—Y a nivel local ¿qué mejoraría?
—Hay ciertas cosas que necesita remodelaciones. No sólo a nivel de infraestructura, que también, sino a nivel de coordinación, por ejemplo. Aunque yo no soy quién para esto, pero hay muchas cosas que se podrían mejorar y que fuera algo más rentable, tanto para las arcas municipales, como para la cultura.
