La Audiencia de Granada ha condenado a 17 años de prisión a la joven acusada de asesinar en un cortijo de Motril a su novia, una chica de 18 años a la que asestó cerca de medio centenar de golpes y puñaladas antes de intentar ocultar los hechos simulando una huida voluntaria de la víctima.
La sentencia, contra la que cabe recurso y a la que ha tenido acceso EFE, se suma al veredicto de culpabilidad del jurado popular encargado de los hechos, que se juzgaron desde el 17 de febrero en la Sección Segunda de la Audiencia.
Los hechos se remontan al 11 de abril de 2021, fecha en la que la ya condenada, que tenía entonces 36 años, mató de cerca de medio centenar de golpes a Marina, una chica de 18 años con la que convivía y con la que llevaba dos años de relación sentimental.
Después de matarla y limpiar la casa, la procesada intentó aparentar que la joven había dejado de manera voluntaria la vivienda que compartían en Motril (Granada) y buscó dónde esconder el cadáver, aunque un día después se entregó ante la Policía Nacional y confesó los hechos.
La sentencia ha considerado que los hechos representan un delito de asesinato, con el agravante de parentesco y la atenuante de confesión, por el que ha condenado a la procesada a 17 años de prisión y otros cinco años de libertad vigilada.
En su declaración, la condenada admitió haber matado a la que era su novia, con la que convivía en un cortijo de Motril, aunque dijo no recordar ni cuántas puñaladas le dio ni cómo le causó la muerte, porque había mezclado cocaína y ansiolíticos.
La condenada defendió que no fue consciente de los hechos, tras los que buscó a un segundo procesado para que la ayudase a esconder y enterrar el cuerpo de la víctima, un amigo con un 53 % de discapacidad por un retraso mental.
La sentencia ha absuelto a este segundo acusado de un delito de encubrimiento y ha declarado de oficio la mitad de las costas procesales.
El fallo judicial prohíbe a la condenada comunicarse o acercarse a la familia de la víctima durante 22 años y exige que los indemnice con 75.000 euros a la madre de la víctima y otros 22.000 para cada una de sus cuatro hermanas.
La Audiencia de Granada ha justificado los años de prisión por el alto número de puñaladas que recibió la víctima y que demostrarían la intención de la condenada de "hacerla sufrir cruel e innecesariamente".
La sentencia también tiene en cuenta que la condenada intentó ocultar el crimen y deshacerse del cadáver, lo que supone un "aumento de la culpabilidad" que justifica que la pena de prisión no se le imponga en su extensión mínima.
La Fiscalía había solicitado una condena a 15 años de prisión mientras la acusación particular, que ha ejercido el abogado Jesús Huertas en representación de la familia de la víctima, pidió una condena a prisión permanente revisable.