Leocadio Corbacho es de esas personas que se han hecho a sí mismas, que llevan el espíritu emprendedor en las venas, que han dedicado su vida a forjarse un presente y un futuro que compartir con su familia y con su ciudad, Ronda.
Trabajador incansable, promotor de las bondades de Ronda allá donde vaya, apasionado del mundo taurino y del automovilístico y, sobre todo, dedicado al mundo del jamón desde muy temprana edad, algo que ha convertido en su vocación y en su negocio, La Casa del Jamón, que regenta junto a su esposa e hijos.
Su generosidad con la sociedad rondeña, su impulso a la promoción de la ciudad en el resto de España y su afán por convertir su negocio en su seña de identidad le han convertido en un referente del trabajo bien hecho y en una persona merecedora del nombramiento de Rey Melchor en la Navidad rondeña, un reto que asume con emoción.
Se confiesa un enamorado de Ronda, ¿cómo es su relación con la ciudad y su gente?
–Soy un enamorado de Ronda, a la que he dedicado toda mi vida comercialmente, y uno trata de ser lo mejor posible para uno mismo y para los demás. Me siento enamorado totalmente de Ronda, del comercio en general y de todas las maneras de vivir en esta ciudad. Somos una familia integrada en el trabajo, y el valor de vivir en Ronda no se paga con nada. Estar satisfecho con tu vida es el mejor tesoro que puedes tener. Soy una persona que siempre está dispuesta a colaborar con la ciudad en lo que pueda.
Su nombramiento como Rey Melchor es un reconocimiento que le hace la ciudad, ¿cómo asumió la noticia?
–La verdad es que nunca me habían propuesto algo así y les agradezco que hayan pensado en Leocadio y en su familia porque nos hace una ilusión grandísima. He sido homenajeado en otras ocasiones, como el Premio Turismo de Ronda o el Premio Puerta Nueva del Consejo Regulador de la Provincia de Málaga, pero que me nombren Rey Mago no me lo esperaba. Creo que todos (Rafael Ruiz y Rafael Ríos, Gaspar y Baltasar, respectivamente, y Rebeca Muñoz como Cartera Real) tenemos el mismo valor humano y aquí estamos para lo que la ciudad nos pida.
¿Cómo fueron sus inicios?
–Nací en El Gastor (Cádiz), aunque mi padre era rondeño y nos vinimos a Ronda, con los cuatro hermanos, cuando yo tenía cuatro años. Profesionalmente nunca he salido de Ronda. Mi primer negocio lo monté con 15 años, que tuvo que ser tutor mi padre porque era menor de edad, pero ya tenía la idea de montar un negocio. Trabajar es fundamental porque nadie te regala nada. El trabajo es digno, unos con más suerte y otros con menos, pero siempre da sus frutos. Si plantas árboles seguro que vas a recoger algún fruto, puedes tener mejor o peor cosecha, como todo en la vida, pero yo aposté por ello. También quise ser torero, y aún sigo en contacto con el mundo de los toros. Soy un gran aficionado, pero preferí dedicarme al negocio porque sabía que tenía un futuro seguro. Me adapté y dije, ésta es mi vida. A corta edad empecé cortando jamón a cuchillo para hacer bocadillos en la cantina de una academia militar que había en Ronda. Ahí empezó mi afición. Después tuve negocios de todas clases hasta que me dediqué a la jamonería.
¿Fue ese el origen de La Casa del Jamón?
–Tenía una tienda de alimentación general, con un espacio dedicado al jamón, cuando leí en una revista que se iban a impartir unas conferencias en Madrid para explicar cómo podían aguantar los negocios pequeños ante la llegada de las grandes superficies. Me preparé una maleta y me fui a Madrid tres días, asistí a todas las conferencias y, entre las conclusiones que escuché, dijeron que las tiendas que no estuviesen especializadas no tendrían futuro frente a las grandes superficies, pero que si se especializaban en lo que fuera, frutería, panadería, repostería, jamonería, podrían sobrevivir. Cuando llegué a casa, lo primero que le dije a mi mujer fue que iba a hacer una jamonería en Ronda totalmente consagrada, única, donde la gente pudiera ver los jamones. Me fui a Salamanca, hablé con un jamonero que me permitía hacer un control de la mercancía como si el secadero fuera propio. Yo apartaba las piezas que quería y cuando las pedía me las iban retirando. Sabía qué jamón traía a mi casa. Monté la primera jamonería en Ronda y fue todo un escándalo, todo lleno de jamones, fue un boom. Después monté la de Marbella, que lleva 17 o 18 años, donde está mi hijo mayor, y otra en Ronda, que tiene 15 años. La primera, la de la calle Jerez, lleva abierta desde el año 82. La otra está en la calle Francisco de Goya.
¿Qué otros productos promocionan en La Casa del Jamón?
–Tenemos los productos de las bodegas de Ronda, tenemos 26 bodegas de vinos tintos, blancos y rosados, y las 26 las tengo representadas en mi casa. Hemos apostado por el vino de Ronda porque las bodegas han apostado por Ronda. En Marbella ofrecemos los mismos productos, aunque la centralización la hacemos aquí.
Además, es el promotor del Concurso de Cortadores de Jamón en Ronda, ¿cómo surge?
–En el año 2001 fui primer premio nacional en Teruel y prometí que al año siguiente habría un concurso de cortadores en Ronda, y efectivamente celebramos el primer concurso a nivel provincial en 2002, después a nivel de Andalucía y el tercero a nivel nacional, y nos registramos como concurso patentado. Se celebra todos los años en mayo en el Palacio de Santo Domingo, y traemos a un invitado de honor, que sirve también para promocionar la ciudad. Lo organizamos nosotros como Casa del Jamón, y como formamos parte de la Federación Nacional de Cortadores de Jamón, la persona que obtiene el primer premio accede a la clasificación a nivel nacional. Mi hija Lourdes fue la primera mujer que se trajo para Ronda el premio de cortadores de jamón en Madrid.
Es una persona con muchas inquietudes y ganas de emprender, ¿está satisfecho con lo que ha conseguido?
–Fue duro el trayecto hasta llegar donde estamos y no me arrepiento. Tengo como esposa a una compañera, Ana, que me ha apoyado siempre, una familia encantadora que me cuida mucho, dos hijos y una hija y dos nietos, Cayetana, de 13 años, a la que recojo todos los días en el colegio, y Víctor, de 12, muy aficionado a las motos.
¿Cómo asume el reto de ser Rey Mago en Ronda?
–Me siento orgulloso porque no sólo tú lo pasas bien, sino que haces que los demás lo pasen bien. Espero que todo salga bien, que la gente se ilusione, tanto los niños como los ancianos, los que estén en los hospitales, y darles ese ánimo y ese calor que necesitan.