Agentes de la Policía Nacional armados, otros de la Policía Local, Protección Civil, cacheos, controles en la entrada, accesos cortados… Toda esta escena digna de película es la que se están encontrado los vecinos de Torrent, Valencia, en el cementerio municipal.
El aumento de la seguridad, establecido entre el 29 de octubre y el 1 de noviembre, se debe a lo ocurrido justo hace un año cuando se produjo un tiroteo entre los clanes de los Bocanegra y los Marco.
El 1 de noviembre del año pasado, dos personas fallecieron en dicho tiroteo. Uno de ellos era un familiar totalmente ajeno a los conflictos entre los clanes, quien sin querer rompió el pacto establecido entre ambos.
Los Bocanegra y los Marco habían marcado diferentes turnos para llevar flores a sus difuntos y así no coincidir para evitar conflictos, algo que el fallecido desconocía por completo y terminó siendo víctima de los disparos.
Desde la Policía Nacional hay cierta tranquilidad y confían en no tener que actuar, aunque los controles dentro del cementerio no han cesado estos días.