En este 2021 que se va terminando se han cumplido 40 años del fallecimiento de Bob Marley, uno de los mayores iconos del siglo XX y principal exponente de la música Reggae. Las burlas y maltratos que sufrió durante su infancia y adolescencia por su condición de mulato, unido a la violencia diaria que presenciaba en su comunidad fueron los ingredientes que amasados con los valores transmitidos por la religión rastafari, dieron como resultado su inimitable estilo musical con el que pudo transmitir, y dejar grabado para la eternidad, mensajes de conciencia, libertad y armonía a través de sus canciones.
Fueron canciones inspiradoras y es por eso que cada vez despertamos con la trágica noticia de un nuevo asesinato de violencia de género, como hace apenas una semana con el asesinato de la fallera Cristina Blanc, me viene a la cabeza la melodía de “No, woman, no cry”, canción que ocupa en la lista de las 500 mejores canciones de la revista Rolling Stones el puesto 37, que ha puesto banda sonora a las otras 38 víctimas que precedieron a Cristina en el 2021. Ojalá no haya más lágrimas.
La defensa de los derechos humanos ha sido uno de los mensajes que nos dejó Bob en sus canciones, y reflejo de cómo ha influido en nuestra generación es que una de sus canciones ha sido el título elegido para la carta abierta de los padres del niño de 5 años de Canet de Mar que exigen que se le impartan el 25% de las clases en castellano. Esta carta tiene como destinataria a la Estimada Cataluña, pero debería de llegar a cada uno de los españoles. Debería ser leída en cada colegio, en cada asociación, en cada centro cívico de cada provincia de nuestro país.
Frente a la confrontación, la guerra lingüística, la continua ruptura, estos padres han demostrado que hay otra forma de convivir en Cataluña y en toda España. Una forma donde nuestras normas de convivencia se respetan, donde la libertad -de la educación en catalán- se termina si se atacan los derechos reconocidos por la ley del bilingüismo. Estos padres nos explican que no quieren ser héroes, sólo que se cumplan sus derechos. La desgracia es que en determinadas áreas territoriales, conseguir que se cumplan estos derechos es toda una heroicidad, que ha de pasar por el hostigamiento, el acoso y los escarches, acciones inadmisibles en nuestro estado democrático.
Si conseguimos que su reclamación cale en la sociedad catalana y en la española, no sólo habremos avanzado en la calidad del bilingüismo en las aulas catalanas sino que le habremos enseñado a todos los niños españoles que hay otra forma de hacer las cosas a través del verdadero dialogo. Ayudémosles. Leamos todos esta carta que nos devuelve la esperanza en un futuro mejor. Hagámosla viral en estos días de Navidad. Que sea nuestro regalo para quienes defienden nuestros derechos, que son los suyos. Termino con las palabras que cierran la misiva: es hora de construir una escuela de todos, inclusiva de verdad, como decía Bob: “Stand up for your rights”.
