El G20 extraordinario sobre Afganistán, que reunirá virtualmente a los líderes del grupo para abordar una forma conjunta de afrontar la crisis en ese país asiático bajo la presidencia italiana, es una cita "fundamental" para evitar una catástrofe humanitaria, cuando hay "un millón de niños que padecen malnutrición aguda y corren el riesgo de morir", alertó hoy Unicef.
"La situación del país es realmente grave (...). El sistema sanitario se está desmoronando, faltan equipos, medicamentos, personal y recursos adecuados", aseguró Andrea Iacomini, portavoz de la Organización de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en Italia.
Entre otros objetivos, la cumbre pretende alcanzar un acuerdo para destinar fondos al país, pero evitando el régimen taliban, para lo cual han sido invitados también a la reunión representantes de la ONU, el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), además de los países vecinos.
"Hay un millón de niños que padecen malnutrición aguda y corren el riesgo de morir debido a la situación actual. Hay que hacerlo pronto, no meses ni años, sino días, o nos enfrentaremos a una catástrofe humanitaria", explicó Iacomini, en un comunicado difundido hoy.
A ello se suma que hay "una grave sequía y el retorno de epidemias como el sarampión, con 14 millones de personas que se enfrentan a una inseguridad alimentaria generalizada y el 95 % de las familias no consumen suficiente comida porque los adultos comen menos para alimentar a sus hijos".
La cumbre es un empeño personal del primer ministro italiano, Mario Draghi, que, en los últimos compases de la presidencia del grupo, ha conseguido reunir a los países más ricos del mundo para impulsar un papel conjunto en Afganistán, a pesar de que "muchos pensaban que sería imposible", dijeron a Efe fuentes gubernamentales.
"Es un deber de los países mas ricos del mundo hacer algo para evitar la catástrofe humanitaria, sin imponer condiciones", aseguró Draghi el pasado 29 de septiembre, al anunciar la reunión.